Del Cuerpo Místico de Cristo




Es un error esperar a estar limpios para acercarnos a Jesús. Este error radica en el orgullo de pensar que podemos hacer el bien por nosotros mismos o que hay algo bueno en nosotros al margen de Cristo. Nosotros no podemos darle a Dios nada bueno que no hayamos recibido de Él previamente; y si le pretendemos dar algo que no hayamos recibido de Él ese algo no puede ser bueno. Si hay algo bueno en nosotros, procede de Dios; y si no procede de Dios, no puede ser bueno. San Pablo se refiere a esto cuando dice: “¿quien le dio primero para que le sea recompensado?”. 1 Romanos 11:35.

Absolutamente todo lo que está destinado a permanecer en la eternidad procede de Dios y tiene su raíz en Dios; el resto son ilusorias tinieblas que se desvanecerán con la llegada de la luz. Esto queda ilustrado en la parábola de la viña y los sarmientos (Juan 15:4-5) en el evangelio de San Juan. En esta parábola Jesús no solo nos dice que separados de El no podemos llevar ningún fruto sino que se identifica a Si mismo con nosotros de una manera plena. El dice: “Yo soy la vid y vosotros los sarmientos”. De la misma manera que los sarmientos son parte de la vid, nosotros somos parte de Cristo. A esto es a lo que se refiere San Pablo cuando habla de que la iglesia (los cristianos) somos el cuerpo de Cristo.

En el Hombre regenerado, aquel que como San Pablo dice “ya no vivo yo sino que Cristo vive en mi” Gálatas 2:20, nada hay sino Cristo solo. El Hombre regenerado es Cristo. Habiendo sido injertado en el cuerpo de Cristo, teniendo la mente de Cristo (1 Corintios 2:16), comparte una misma voluntad y una misma conciencia (que son Cristo mismo) con Cristo. Ha sido hecho partícipe de la Sabia, la Sangre, La Vida de Cristo, La Vida Eterna. En este Hombre Cristo dice “YO SOY”. Nada hay en este Hombre que no sea Cristo; nada es este Hombre que no sea Cristo. Cristo se conoce a Si mismo en este Hombre y este Hombre descansa en el Ser de Cristo no ya como algo separado a Si, sino como en su propio Ser (del Hombre).

Esta conciencia Crística es a la que alude Cristo en su oración “que todos sean uno” Juan 17:21. Este Hombre ha conocido su verdadero Nombre, la porción finita del Cristo infinito que Cristo le ha concedido conocer, manifestar y ser. Esta conciencia Crística es el trono de Dios en el que los Cristianos están llamados a sentarse (Apocalipsis 3:21). Jesucristo nos concede como una Gracia por su bondad y misericordia lo que el Anticristo (1 Tesalonicenses 2:4), y análogamente nuestro orgullo, el hombre viejo, el Anticristo en nosotros, trata de usurpar y obtener al margen de Cristo: Sentarnos en su trono; Ser. El único trono de Dios es Cristo, Dios mismo. Ese acto de usurpar, que en esencia es el mismo error que cometemos cuando pretendemos limpiarnos por nosotros mismos al margen de Cristo atribuyéndonos a nosotros mismos alguna bondad al margen de Cristo, es el propio Anticristo y más profundamente, la ilusión de “Ser” algo al margen de Cristo es el propio Anticristo. Solo Cristo es. y en la regeneración no habrá nada que no sea Cristo. Todo será Cristo y Cristo será todo. “y Dios será todo en todo” 1Corintios 15:28.

Así pues, no tengamos miedo de acercarnos a Jesús en aquellos momentos en los que la percepción de nuestra maldad nos abrume, cuando no veamos en nosotros nada bueno ni podamos detectar en nosotros ningún amor a Jesús o a los demás. Acerquémonos a aquel que dijo: “Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores” Marcos 2:17. Acerquémonos a Él conscientes de que no podemos ser capaces de nada bueno para merecer su ayuda, de que su ayuda no puede estar fundamentada en ningún mérito ni en ninguna bondad previa nuestra sino solo en su bondad y en su misericordia porque si hay algo bueno en nosotros es don suyo y si no es don suyo entonces no puede ser bueno.

Que Jesús nos limpie de todo lo que no sea Él.


Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. Marcos 2:17

Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. Marcos 10:18

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20

Pero nosotros tenemos la mente de Cristo. 1 Corintios 2:16

Pero el que se une al Señor, es un espíritu con El. 1Corintios 6:17

Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. 1 Corintios 12:27

¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? 1Romanos 11:35

Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. Apocalipsis 3:21

Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos. 1Corintios 15:28

donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Colosenses 3:11

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como sarmiento, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Juan 15:4-6

el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. 1 Tesalonicenses 2:4

Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. Apocalipsis 15:2

Del símbolo y la importancia de lo exterior




De la misma manera que la importancia de la liturgia se fundamenta en las realidades que simboliza, los templos exteriores también son importantes en cuanto a símbolos exteriores de la morada de Dios en nosotros, del corazón de nuestro corazón donde Cristo Nuestro Señor mora y desde el cual nos crea, fundamenta y sostiene.

Debemos evitar caer en el error de otorgar una importancia desmesurada a lo exterior desvinculándolo de lo interior, que es lo que lo fundamenta y le da sentido pero también en el de privar de toda importancia a lo exterior, puesto que es un recordatorio, un testimonio y una guía de las realidades interiores que deberán experimentarse vivencialmente.

Es por ello por lo que debemos custodiar las tradiciones litúrgicas que nuestros ancestros nos han legado pero siempre con el objetivo de experimentar vivencialmente los significados interiores que estas tradiciones simbolizan. Es cierto que lo esencial es lo interior y que es posible experimentar estas realidades interiores prescindiendo de lo exterior, pero también lo es que lo exterior constituye una ayuda como punto de partida y guía en el viaje interior hacia la morada de Dios en nosotros. Por no mencionar el inestimable valor de estas manifestaciones exteriores de las realidades interiores por, de alguna manera, dar testimonio de lo sagrado en esta era oscura, desacralizada y con tanta necesidad de lo espiritual.

Pero recalco que es imprescindible trascender lo exterior hacia lo interior, de otra manera lo exterior o bien estará también condenado a desaparecer o bien será victima de su apropiación por parte de mentes dogmáticas que lo utilizarán con fines que nada tienen que ver con su función de guía en el camino interior de unión con Dios y, por no haber trascendido lo exterior hacia lo que significa, será victima de ser convertido en un ídolo mas que impulse a estas mentes a ver como una amenaza y tildar de herejía cualquier otra manifestación exterior válida de esas mismas realidades interiores, puesto que, todavía ciegos, quedándose en lo exterior e incapaces de trascenderlo, serán incapaces de reconocer la misma realidad interior en ambas manifestaciones exteriores.

Así pues, señalo el inestimable valor de esos templos diseminados por los pueblos españoles y de todo el mundo que, siendo la expresión exterior de nuestro corazón y de la morada de Dios en nosotros, ejercían y ejercen como centro y corazón de estas poblaciones, expresando exteriormente la, en estos tiempos tan necesitada, dimensión espiritual en la concepción de la vida de sus habitantes. Por esto mismo no me parece condenable el dignificar el templo exterior de una población dedicándole riquezas y esfuerzo, pues esto da testimonio de la salud espiritual de sus moradores y de la importancia que otorgan a lo divino. Siempre y cuando, claro está, se priorice el bienestar de los verdaderos templos, nosotros mismos, de los que el templo exterior es imagen.

 

De los nombres de Dios – versión resumida


1- EL LOGOS. EL NOMBRE DE DIOS


Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer. Jn 1:18 

Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia. Colosenses 1:15-18

El que me ha visto a mi ha visto al Padre. Jn 14:9 

Dios está más allá de todo nombre y da nombre a todo lo demás. Puesto que el nombre es lo que define a lo que nombra, para que algo tenga nombre ha de ser perceptible. Dios está más allá de todo y no hay ningún nombre que le pueda contener.

Dios, a fin de manifestarse y comunicarse, se autolimita, se nombra a Si mismo, toma Nombre en su Logos (palabra o verbo). El Logos es el Nombre de Dios; es la manifestación de Dios; es Dios mismo manifestándose. Dios, exceptuándose a sí mismo que se conoce en su propia plenitud, no puede ser percibido si no es a través de su Logos. EL Logos es la palabra limitada que surge del ilimitado silencio, Dios pronunciándose a Sí mismo. Todo lo que existe subsiste en el Logos de Dios, Él es la esencia de todas las esencias, el fundamento de todo lo que es; todas las cosas reciben su nombre, su ser, del Logos de Dios; del Nombre de Dios. Es por esto que está escrito: En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Juan1:4.  El es nuestra vida porque El es la fuente de nuestro Ser, donde recibimos nuestro ser, donde recibimos nuestro Nombre. Este Nombre que recibimos de Él, está contenido en El Nombre de Dios y no es sino un reflejo limitado del Nombre de Dios; una manifestación parcial de su ilimitada gloria. Todas las cosas toman su ser del Nombre de Dios; todos los nombres están contenidos en el Nombre de Dios.


2- NUESTROS NOMBRES



El Logos de Dios nos ha creado y nos ha dado un ser; una capacidad de percibirlo y de recibirlo y manifestarlo. A cada uno de nosotros, nos ha concedido ser y manifestar un aspecto de Sí mismo. Esta capacidad de percibirlo, recibirlo y manifestarlo es diferente en cada uno de nosotros. No hay nadie que pueda percibirlo y recibirlo por entero, pues esto equivaldría a conocer Su Nombre, el Nombre sobre todo Nombre que solo Él conoce y equivaldría a ser igual a Él. Él es el único que puede conocer su propia plenitud: “Y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Apocalipsis 19:12”. Sin embargo, cada uno de nosotros percibe, recibe y manifiesta, cada uno de nosotros Es, un aspecto distinto del Logos de Dios, un aspecto distinto de su Nombre. Ese aspecto del Logos de Dios que percibimos, recibimos y manifestamos es el Nombre que le damos al Logos de Dios, y al darle ese Nombre recibimos ese mismo nombre que le damos. Ese Nombre que le damos al Logos de Dios y que al dárselo recibimos de Él es nuestro verdadero Nombre; ese Nombre es nuestro verdadero ser, nuestro verdadero yo, nosotros mismos. La santidad no es otra cosa sino el descubrimiento de este Nombre, de nosotros mismos, de Dios. Nosotros somos los Nombres de Dios, particulares y limitados reflejos de su ilimitada Gloria. Por esto cuando conocemos al Logos de Dios somos conocidos por Él, por eso conocer al Logos de Dios es conocerse a uno mismo. Aquí toman sentido las palabras de San Pablo: “Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido”. 1 Corintios 13:12.


3- LA CAÍDA


Tras el pecado original, el hombre está separado del Logos de Dios, que es su vida y la fuente de su ser. En consecuencia, ha perdido su verdadero Nombre, su verdadero Yo. El hombre no se conoce a si mismo porque no conoce a Dios; está espiritualmente muerto porque está separado de Dios, que es la fuente de su ser. Así como si separas un rayo de sol del Sol, fuente de todos los rayos, este rayo desconectado de su fuente está automáticamente separado de los demás rayos que proceden del sol, nosotros estamos separados de Dios y de todos y de todo lo demás.


4- NUESTRA REDENCIÓN


El Logos de Dios, Dios, se hizo hombre en Jesucristo y murió en la cruz para volvernos a unir a Sí.  No es casualidad que la cruz sea como es +. El palo vertical símbolo de lo celestial, de Dios y el horizontal símbolo de lo terrenal, del hombre. Ambos encontrándose en la humanidad de Dios en Jesucristo. El cielo y la tierra, Dios y la humanidad reconciliándose en la muerte de Cristo, en la cruz, en la unidad del punto donde se cruzan ambos palos +. Cuando la obra redentora de Jesucristo nos haya devuelto la unión con Él estaremos de nuevo unidos a nuestra fuente y al estar todos unidos a la fuente, estaremos unidos los unos a los otros y la plegaria de Jesucristo en Juan 17 se habrá cumplido. Todos seremos uno. “Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado”. Juan 17:21-23

Como consecuencia de la caída, de nuestro estado de separación de Dios, tenemos un nombre falso del que proceden nuestros nombres falsos. Esta es la imagen de la serpiente en nosotros, la imagen de la bestia, el hombre viejo, nuestro falso nombre del que proceden nuestros falsos nombres.  Nuestro verdadero Yo, nuestro verdadero Nombre, solo puede hacer el bien; solo puede engendrar buenos hijos, buenos nombres, porque sus obras son hechas en Dios (Juan 3:21)  y lo que nace de Dios no puede pecar (1 Juan 3:9). Sin embargo, de nuestro falso nombre solo pueden salir falsos nombres, malas obras, malos hijos de la mentira que no tienen su raíz en Dios.

Solo Cristo puede liberarnos de nuestros falsos nombres cuando nace en nuestros corazones y aplasta la cabeza de la serpiente en nosotros concediéndonos recuperar la imagen de Dios; nuestro nombre verdadero que procede de Dios. Entonces nuestro falso nombre deja de ser y recuperamos nuestro verdadero nombre que procede de Dios, del que proceden nuestros nombres verdaderos, nuestros buenos hijos que tienen su raíz en Dios. Entonces nos conocemos a nosotros mismos, nuestro verdadero nombre, nuestro verdadero yo que Dios creó. 

El que tiene oído para oír, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias: Al que venciere, le daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. Apocalipsis 2:17



5- LA REDENCIÓN DEL COSMOS. EN LA CARNE DE CRISTO GLORIFICADA LA MATERIA DEL MUNDO FUE DEIFICADA.


La creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.

Romanos 8:21-23

Nuestros nombres falsos y nuestro estado de separación de Dios son la causa del cosmos en el que vivimos. Así, como en el Reino de Dios el “cosmos espiritual” es imagen de nuestros cuerpos espirituales, que son la manifestación exterior de nuestros nombres que a su vez manifiestan un aspecto del Nombre de Dios, aquí, el cosmos material es imagen de nuestros cuerpos carnales, que son una manifestación del error, de nuestros nombres falsos y de nuestro estado de separación de Dios.

Cuando, por el fuego de Dios, que es el mismo al que Cristo se refirió cuando dijo “Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido?” Lucas 12:49, seamos limpiados de todos nuestros falsos nombres, cuando conozcamos nuestro verdadero nombre, cuando el anticristo “que se sienta en el trono de Dios haciéndose pasar por Dios. 2 Tesalonicenses 2:4” haya sido destronado, la muerte haya sido muerta en nuestros corazones y Jesucristo sea Rey en su trono en nuestros corazones y sea Rey en toda la tierra de nuestro ser; cuando hayamos vencido a la imagen de la Bestia (Apocalipsis 15:2), entonces se cumplirá lo que dijo San Pablo: “Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.” 1 corintios 13:12.  Entonces conoceremos a Dios en la plenitud que el Él nos ha concedido a cada uno y le daremos el Nombre que Él nos ha concedido a cada uno; recibiendo ese mismo Nombre habremos llegado a la medida de Cristo y habremos dado a luz a Cristo (Juan 16:21, Gálatas 4:19, Apocalipsis 12:5, Efesios 4:13). Se habrá cumplido lo que dice San Pablo: “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”  Efesios 4:13. Su obra redentora habrá llegado a su plenitud en nosotros.

Entonces se cumplirá lo que dice San Pablo: “la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora” Romanos 8:21-22. Pues esos dolores de parto visibles en la creación, en lo exterior, no son sino el reflejo del estado caído de nuestro propio corazón hasta que hayamos dado a luz a Cristo (Juan 16:21, Gálatas 4:19, Apocalipsis 12:5, Efesios 4:13). Entonces la creación pasará de ser imagen de nuestro estado caído, imagen de la serpiente, de nuestros falsos nombres,  a ser imagen de nuestra plenitud, de la unión con Dios, de nuestros nombres verdaderos, imagen de Dios, “y Dios será todo en todo” 1 corintios 15:28. La redención del cosmos no es sino el reflejo exterior de la redención interior de los Cristianos. La muerte de la Bestia y la muerte de la muerte en el exterior no es sino la manifestación exterior de la muerte de la Bestia y de la muerte de la muerte en el corazón de los Cristianos. La nueva Jerusalén exterior no es sino manifestación y reflejo exterior de los Nombres de los Cristianos que son manifestaciones del Nombre de Dios, manifestaciones de Dios.

Entonces, la pureza de lo “material espiritual” de la Nueva Jerusalén será la manifestación de la pureza de Dios porque será imagen de nuestros cuerpos espirituales, nuestros cuerpos serán la manifestación de nuestros nombres (de nosotros mismos) y nuestros nombres serán la manifestación del Nombre de Dios. Entonces se cumplirá la palabra que está escrita: “sorbida es la muerte en victoria” 1 corintios 15:54 “y Dios será todo en todo” 1corintios 15:28. 

Entonces viviremos en la ciudad que descendió de Dios (Apocalipsis 3:12 y 21:2) igual que nuestros nombres descendieron de Él y, como Adán en el paraíso, le pondremos a las cosas sus verdaderos nombres (Génesis 2:19), que tendrán su raíz en Dios y “Dios será todo en todo” 1corintios 15:28.

Entonces, el nombre de Dios habrá sido glorificado en nosotros y todo lo que sea será una manifestación de Dios.

Este Nuevo mundo y nuestros Nombres Nuevos yacen escondidos en el viejo mundo y en nuestros nombres viejos como el árbol yace escondido en la semilla. De esto trataremos más adelante en la entrada “La Gran Señal en el Cielo.”

 


Nota: En la versión larga de «De los Nombres de Dios» escribo tres «estados» de Dios: Dios mas allá de todo, Dios todo 0 y Dios Logos 1. Sin embargo en la versión corta solo distingo dos: Dios y El Logos de Dios. 

También escribo en la versión corta que en Nombre de Dios es el Logos de Dios y en la versión larga que Dios se Nombra a Si mismo en Dios Todo 0 y que Dios Logos comparte ese Nombre.

Ambas perspectivas son compatibles: Desde nuestro punto de vista Dios no tiene otro Nombre sino su Logos. Puesto que la esencia eterna de Dios Todo 0 está mas allá de toda posible percepción, es incognoscible. Sin embargo, Dios Todo 0 si se percibe a Sí mismo en su plenitud, es decir, conoce su Nombre y, para El mismo, tiene un Nombre. El Logos comparte ese Nombre porque, aun siendo perceptible y cognoscible, se conoce a si mismo en su plenitud, se conoce a Si mismo como Dios 0 Todo, es decir, a un siendo el Logos de Dios, limitado y cognoscible, no deja de ser Dios Todo 0 , ilimitado e incognoscible salvo por Si mismo. De esta manera, vemos que Dios solo tiene un Nombre que abarca toda su eternidad y que nosotros solo podemos conocer parcialmente en su Logos. «y tiene un Nombre escrito que nadie conoce sino El mismo» AP 19:12. 

Cuando hablo de Dios Todo 0 hago referencia  Dios manifestándose, conociéndose a si mismo y cuando hablo de Dios Logos  hago referencia a Dios manifestándose, dándose a conocer al exterior.

Podriamos resumir todo esto en la idea de que el Dios Incognoscible se autolimita haciendose cognoscible en su Logos.

De los nombres de Dios

1- Dios mas allá de todo

Está mas allá de todo nombre. No puede tener símbolo alguno asociado, pues está mas allá de todo. No podemos decir que es eterno ni no eterno, está mas allá de ello. No podemos decir que no tiene principio ni fin pero tampoco tiene principio y fin, está mas allá de ello. No es infinito pero tampoco es finito, está mas allá de ello. Ni es ni tampoco no es, está mas allá de ello. Está mas allá de todos los planos. La eternidad de Dios en su estado «mas allá de todo» es Dios en su estado Dios Todo y cualquier atributo de Dios en su estado «mas allá de todo» pertenece a Dios en su estado Dios Todo: La gloria de Dios «mas allá de todo» es Dios Todo, el pensamiento de Dios «mas allá de todo» es Dios Todo, La Sabiduría de Dios «mas allá de todo» es Dios Todo.

Lo podríamos llamar Nada pero en su concepto mas puro y no como contraposición al Todo. El atributo Nada como contraposición al Todo correspondería a Dios Nada-Todo y sería el recipiente, que quedaría oculto por su Todo desde su eternidad, donde se habría de manifestar su Todo.

De manera análoga el atributo oscuridad, como ausencia de luz, no se le podría aplicar tampoco a Dios «mas allá de todo», pues en este estado Dios estaría en un plano sobre todo plano mas allá del plano luz-oscuridad. Este atributo oscuridad se le podría aplicar a Dios Todo en cuanto a que sería el continente donde se manifestaría su luz pero, en cualquier caso, esta oscuridad queda siempre desde su eternidad cubierta por su luz como está escrito: Este es el mensaje que hemos oído de él,y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. 1 Juan 1:5. Esta oscuridad es identificable con el anhelo de la luz; anhelo que implica su ausencia y que es necesario para que esta llegue a ser.

En cuanto al concepto eternidad, ha de ser atributo de Dios Todo. Pues Dios «mas allá de todo» estaría mas allá de ello. No podríamos decir que es desde siempre ni que es eterno ni que no tiene principio ni fin, esto solo lo podríamos decir de Dios Todo. Si que podríamos decir que Dios «mas allá de todo» es desde siempre, es eterno y no tiene principio ni fin en Dios Todo. Tampoco podríamos decir que Dios «mas allá de todo» no es desde siempre, ni que no es eterno ni que tiene principio y fin, pues Dios «mas allá de todo»está mas allá del plano ser-no ser. El atributo No ser sería aplicable a Dios Todo y sería el continente donde se manifestaría su ser y quedaría oculto por Él desde su eternidad. Este atributo No-Ser sería lo mismo que el atributo Nada con respecto a todo, que hemos dicho que se le podría aplicar a Dios Todo, que sería el «recipiente» donde se manifiesta su Todo y quedaría oculto por su Todo desde su eternidad.

Realmente pienso que lo mas apropiado para denominar a Dios «mas allá de todo» sería «El mas allá de todo» y que ni siquiera es apropiado aplicarle el atributo Nada ni siquiera especificando que este atributo ha de tomarse en su idea mas pura y no en los planos Nada-Todo.

2- Dios Nada-Todo, Dios Todo, Dios 0.

de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra. Efesios 3:15

Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. 1 tim 1:17

el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.1 tim 6:16

De Dios en su estado (que ni no es ni tampoco es) «mas allá de todo» surge Dios Todo, 0, YHVH. El que es. Eterno, inmutable. La esencia de las esencias, el Nombre sobre todo Nombre. Dios en su estado «mas allá de todo», al tomar consciencia de sí, al «mirarse» a sí mismo, pasa de no ser a ser,de nada a Todo, de Nada a 0. En su conocimiento de Sí mismo se hace su propia luz. Dios mas allá de todo se conoce, se piensa a si mismo en Dios Todo 0. Dios Todo 0 es eterno e infinito. Su símbolo es el 0 (nótese la forma del 0, sin principio ni fin).

Es de quien todo procede. Es el todo en potencia y es el todo en acto. No es y es el Ser. Es todos los nombres en potencia pero no manifestados y es la plena manifestación de todos los nombres. Es la Nada y es el todo. Es no eterno y es eterno. Es el No y es el Si. Es el No donde se manifiesta el Si y es el Si. Es la oscuridad y la luz. Lo mas acertado que veo para escribir sobre el origen de Dios nada-todo en Dios mas allá de todo es cuando Dios mas allá de todo quiere mirarse a Sí mismo. Entonces se hace su ignorancia-oscuridad que da lugar su conocimiento-luz y que queda oculta por esta desde su eternidad, su Nada que da lugar a su Todo y que queda oculta por este desde su eternidad. Pero se ha de decir que este «querer mirarse a sí mismo» ya correspondería a Dios en su estado Nada-todo y no a Dios en su estado mas allá de todo. Es imposible cruzar este umbral. Por ello el único nombre apropiado para Dios en su estado mas allá de todo es Dios mas allá de todo. El símbolo de Dios Nada-Todo en su aspecto Todo, (que es el que es) es el 0 (notese el símbolo sin principio ni fin).

He escrito que «Dios Nada-Todo» es el No, Nada, Oscuridad pero esto no es del todo correcto. Estos atributos se le podrían aplicar al aspecto «Nada» de Dios «Nada-Todo» pero este aspecto Nada aún no Es; es el «No ser» de Dios donde se manifiesta el «Ser» de Dios. El ser solo se le podría aplicar al aspecto «Todo» de «Dios Nada-Todo», que es «donde» Dios es en Si mismo. Lo mas correcto sería decir que «Dios Nada-Todo» no es el No, Nada, Oscuridad y es el «Si», «Todo», «Luz». El aspecto «Nada» es identificable con el anhelo del aspecto «Todo» , anhelo que es el necesario recipiente donde se ha de manifestar el aspecto «Todo». Este aspecto Nada es «donde» se manifiesta su aspecto Todo y queda oculto por su aspecto Todo desde su propia eternidad.

En su aspecto Todo, que es el que es y al que me referiré en adelante, ya que su aspecto Nada queda oculto por su aspecto Todo desde su eternidad, tiene un Nombre que solo conoce Él mismo, es decir, solo Él puede conocer su propia plenitud plenamente. Este Nombre, sobre todo Nombre, es donde se fundamentan todos los demás nombres; todo lo que es. Es la esencia sobre la que se fundamenta todo lo demás, la esencia de todas las esencias; de donde todo lo demás toma su ser. Todos nuestros nombres y los de cualquier cosa que sea, están contenidos en ese Nombre y no son sino una manifestación parcial de ese Nombre. Este Nombre sobre todo Nombre, es El Nombre de Dios Todo y también es el Nombre de Dios mas allá de todo, puesto que Dios mas allá de todo no tiene otro Nombre sino el que toma en Dios Todo, no tiene otra manifestación sino Dios Todo, no tiene otra esencia sino Dios Todo. Dios mas allá de todo se nombra a sí mismo en Dios Todo, se manifiesta a sí mismo en Dios Todo.

En definitiva, Dios Todo es todas las cosas y No es todas las cosas, quedando lo que no es cubierto y oculto desde su eternidad por lo que es: la esencia de todas las esencias y el principio de todo lo demás, donde todo lo demás toma su fundamento, El Nombre sobre todo Nombre donde todo lo demás toma su Nombre, YHVH, Dios Todo, 0. La imagen que se me ocurre que mejor ilustra a Dios Todo es la de una onda.

3- Dios Logos

Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer. Jn 1:18

Colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos y los nietos, todos los vasos menores, desde las tazas hasta toda clase de jarros. Isa 22:24

Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Isa 57:15

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Jn 1:1

De su plenitud tomamos todos; y gracia sobre gracia Jn 1:16

También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis. Jn 5:37-38

yo y el Padre somos uno. Jn 10:30

El que me ha visto a mi ha visto al Padre. Jn 14:9

Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. Jn 16:15

He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste: tuyos eran, y me los diste, y guardaron tu palabra. Jn 17:6

Ya no estoy más en el mundo pero ellos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, guárdalos en tu nombre que me has dado, para que sean uno así como nosotros lo somos Jn 17:11

Y sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Ap 19:12

Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Colosenses 1:15

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Colosenses 1:16

Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; Colosenses 1:17

y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia. Colosenses 1:18

Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Colosenses 2:9

Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Ap 22:3-4

Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Ap 22:13

Es YHVH, Dios Todo-0 cuando sale de su eternidad para crear su creación y también cuando se manifiesta fuera de su eternidad para manifestarse en su creación. Su símbolo es el 1 (notese el símbolo 1 con principio y fin). Dios Todo 0, sin dejar de ser Dios Todo 0, se autolimita haciéndose receptible y perceptible. En este estado, se manifiestan sus nombres: El principio, A-O, principio y fin, el que es el que era y el que ha de venir, Rey de Reyes y Señor de Señores, YHVH de los ejércitos, EL omnipotente y cualquier Nombre de Dios que hace referencia a algún atributo suyo. Estos Nombres están contenidos en el nombre sobre todo nombre de Dios 0. No obstante, Dios Logos,1, también tiene el Nombre sobre todo Nombre de Dios Todo 0 que contiene a todos los demás nombres, es decir, conoce y percibe plenamente la plenitud de Dios Todo 0 que también es su propia plenitud,  se conoce a si mismo plenamente en su propia eternidad, es decir, en si es eterno y vive en su eternidad siendo Dios 0, pero se manifiesta fuera de ella. Es decir, a pesar de ser Dios Logos, sigue siendo Dios todo,0, YHVH. No es un ser separado ni distinto de Dios, es Dios manifestándose. Y el logos era Dios. jn 1:1. Es en este estado en que Dios se sienta en el trono y se manifiesta en las teofanías del AT. En este estado la esencia eterna, imperceptible e inaccesible de Dios Todo-0 se manifiesta como nuestra luz, verdad y vida y esta manifestación accesible de la esencia eterna de Dios es la esencia de todas las demás esencias y el fundamento de todo lo que es, siendo la esencia de esta esencia la esencia inaccesible y eterna de Dios Todo 0.

Cuando el cordero, Dios-Hombre haya vencido a la muerte, se conocerá a sí mismo plenamente, se sentará en el trono, se unificará con el Logos y volverá a ser el mismo Logos; se conocerá a si mismo plenamente en su propia eternidad; conocerá su propio Nombre, el nombre sobre todo nombre que engloba todos los demás nombres, el Nombre de YHVH, el Nombre de Dios 0, que también es el Nombre de Dios mas allá de todo. Unificándose con el Logos se unificará con Dios 0, YHVH , pues, como hemos dicho, el Logos es YHVH, Dios 0, pues, además de manifestar otros nombres que están contenidos en el Nombre de Dios 0, continúa teniendo el nombre sobre todo Nombre de Dios 0, es decir, continúa siendo Dios 0. Este momento es al que se refiere San Pablo cuando dice:

Luego el fin; cuando entregará el reino a Dios y al Padre, cuando habrá quitado todo imperio, y toda potencia y potestad. Porque es menester que él reine, hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será deshecho, será la muerte. Porque todas las cosas sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice: Todas las cosas son sujetadas a él, claro está exceptuado aquel que sujetó a él todas las cosas. Mas luego que todas las cosas le fueren sujetas, entonces también el mismo Hijo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas en todos. 1 cor 15:24-28.

En el libro del Apocalipsis, esto corresponde a los capítulos 21 y 22. En Apocalipsis 20:14 tiene lugar la muerte de la muerte (1 cor 15:26). Entonces es cuando tiene lugar lo dicho por San Pablo en 1cor 15:28. Está es la unificación del cordero, Jesús con Dios. Aquí se cumplen las palabras de Cristo en Juan 16:28 : Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez, dejo el mundo y voy al Padre. y su plegaria en Juan 17:5 Ahora pues, Padre, glorificame tú contigo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. Este momento, ya la muerte derrotada por El Cordero, es cuando El cordero conoce su propia plenitud, su eternidad, su Nombre sobre todo Nombre, se sienta en su trono y vuelve a ser el único Dios.

Es por esto que en apocalipsis 22:3-4 está escrito: 3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,  y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. En griego también está escrito en singular «le servirán» «su rostro» «su nombre».

También se escribe acerca de este momento en que Jesucristo entrega el Reino al Padre en Apocalipsis 10:6-7: y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más,  sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas. Apocalipsis 10:6-7.  Entonces el tiempo no será mas y la creación entrará en el descanso del Sabbath, en el reposo de Dios. Hebreos 4.

Recapitulando: Hasta que Cristo vence a la muerte, vemos a Dios y al cordero como dos seres separados. Esto es así en Apocalipsis 5:6 y en Daniel 7:13. En donde se describe al cordero enfrente del trono y del que está sentado en el trono. Entonces es cuando el cordero toma el libro de manos del que está sentado en trono y desata sus sellos y una vez ha desatado el último de los sellos, en la séptima plaga, de la séptima trompeta, del séptimo sello, en la plenitud del 777, la muerte es vencida, en Apocalispsis 20:14. Entonces tiene lugar lo que describe San Pablo en 1 Cor15:28 , Jesús se sujeta a Dios y Dios es todo en todo. Entonces es cuando tienen lugar el cielo nuevo y la tierra nueva Ap 21:1 y la Nueva Jerusalén desciende de Dios Ap 21:2. Bien, pues después de que Cristo ha vencido a la muerte y ha entregado el reino al Padre, a partir del capítulo 21 de Apocalipsis, ya no se describe al cordero y a Dios como dos seres separados sino como un único ser. Entonces se describe que el Cordero se sienta en su trono, el trono de Dios. Entonces, acabada la obra redentora de Dios y Cristo, está escrito: Apocalipsis 21:5-6-7 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. y también en Apocalipsis 22:3-4 está escrito: 3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,  y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. En griego también está escrito en singular «le servirán» «su rostro» «su nombre».  El Cordero, El Hijo, Dios hecho hombre, se unifica con su propia divinidad, vuelve a ser el único Dios, Dios Logos 1, Dios todo 0 y Dios mas allá de todo (puesto que Dios mas allá de todo que está mas allá de ser-no ser, Es en Dios 0 que también es su Logos). Esta unificación corresponde a lo que describe San Pablo en 1 cor 15:28 Mas luego que todas las cosas le fueren sujetas, entonces también el mismo Hijo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas en todos. y a lo que se refiere Jesucristo cuando dice: Juan 16:28 : Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez, dejo el mundo y voy al Padre. y en su plegaria en Juan 17:5 Ahora pues, Padre, glorificame tú contigo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. Esto tiene lugar cuando El Hijo, El Cordero, Jesucristo Dios-Hombre, alcanza el conocimiento pleno de su propia plenitud, conoce su Nombre sobre todo Nombre, se conoce a sí mismo en su propia eternidad, 0. Entonces Jesucristo es Dios Logos 1 en su Santo trono, Dios 0, y la única esencia y manifestación de Dios mas allá de todo. El único Dios, el que es, YHVH. Entonces se cumplirán las palabras del salmo 47 y de otros versículos de la escritura: Porque Dios es el Rey de toda la tierra; Cantad con inteligencia. 8 Reinó Dios sobre las naciones; Se sentó Dios sobre su santo trono. Sal 47:7-8 y YHVH será rey en toda la tierra. 

Ver mas de Jesucristo entregando el Reino al Padre en el post El Padre, EL HIjo y El Espíritu Santo

3- : La iglesia

Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:3

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él colosenses. 1:16-17

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. Ap 2:17

Así como EL Logos de Dios manifiesta a Dios Todo y Dios Todo manifiesta a Dios mas allá de todo o Dios mas allá de todo se manifiesta en Dios todo y Dios Todo se manifiesta en el Logos de Dios, somos creados por medio del Logos de Dios y le manifestamos parcialmente, ya que nuestro ser, nuestro nombre, está contenido y toma su fundamento en El Nombre sobre todo nombre, El Nombre de Dios Todo y del Logos de Dios, que como hemos visto, también es el único Nombre de Dios mas allá de todo, pues El Logos de Dios, que manifiesta a Dios Todo, es la única manifestación de Dios mas allá de todo. Aquí cobra sentido la expresión de San Pablo Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. 1 cor12:27.

Del mismo modo que Dios mas allá de todo se manifiesta a si mismo en Dios Todo y Dios Todo se hace manifiesto en El Logos de Dios, El Logos de Dios se hace manifiesto en la Iglesia.

El Logos de Dios nos ha creado y nos ha dado un ser, una capacidad de percibirlo y de recibirle. Esta capacidad de percibirlo y recibirle es distinta en cada uno de nosotros y no hay nadie que pueda percibirlo y recibirlo por entero, pues esto equivaldría a conocer Su Nombre, el Nombre sobre todo Nombre que solo Él conoce y esto equivaldría a ser igual a Él, y Él es el único que puede conocer su propia plenitud. Y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Ap 19:12 Sin embargo, cada uno de nosotros percibe y recibe un aspecto distinto del Logos de Dios, un aspecto distinto de su Nombre. Ese aspecto del Logos de Dios que percibimos y recibimos es el Nombre que le damos al Logos de Dios, y al darle ese Nombre al Logos de Dios recibimos ese mismo nombre que le damos. Ese Nombre que le damos al Logos de Dios y que al dárselo recibimos del Logos de Dios es nuestro verdadero Nombre; ese Nombre es nuestro verdadero ser, nuestro verdadero yo, nosotros mismos. La santidad no es otra cosa sino el descubrimiento de este Nombre, de nosotros mismos, de Dios. Por esto cuando conocemos al Logos de Dios somos conocidos por Él, por eso conocer al Logos de Dios es conocerse a uno mismo. Aquí toman sentido las palabras de San Pablo: Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. 1 Cor 13:12.  Cada uno de nosotros percibe, recibe y manifiesta un aspecto distinto del Logos de Dios, ya que si hubiera dos personas que percibieran y recibieran el mismo aspecto del Logos de Dios nombrarían a Dios de la misma manera, recibirían el mismo nombre y en consecuencia serían lo mismo, idénticos.  Estos nombres, que son reflejos particulares de la gloria de Dios, que somos nosotros los miembros de su Iglesia, que están contenidos, toman su ser y tienen su raíz en el Nombre sobre todo Nombre que engloba todo lo que es, son los nombres que El Logos de Dios nos ha regalado a cada uno de nosotros y también son Sus Nombres, pues son particulares reflejos de Su Gloria. Estos son los nombres que Jesucristo vino a rescatar a la tierra, los que están escritos en el libro de la vida. Este nombre es al que se refiere Ap 2:17 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. Cuando dice: ninguno conoce sino aquel que lo recibe hace referencia a que cada uno de nosotros es distinto de los demás; es único; expresa una cualidad de Dios distinta. No hay dos personas con el mismo nombre.

Vuelvo a resaltar que no hay distinción entre Dios Todo y su Logos, puesto que ambos comparten el Nombre sobre todo Nombre. El Logos de Dios comparte la misma conciencia eterna de Dios todo. Es decir, para Dios Logos no hay diferencia real alguna entre Él y Dios Todo, solo para nosotros en cuanto a que Dios Logos es lo que podemos percibir y recibir de Dios todo, pero si alguien recibiera y percibiera a Dios Logos en toda su plenitud estaría recibiendo y percibiendo a Dios Todo, lo cual es imposible, pues sería lo mismo que tener su Nombre que solo puede conocer Él y sería lo mismo que convertirse en Él. Es por esto que vemos como el Ángel de YHVH habla como Dios a pesar de estar manifestándose «fuera» de Dios en la tierra y es por eso que se indica que El Nombre de Dios está en Él y por eso está escrito y el Logos era Dios Juan 1:1.

Resumen:

• Dios mas allá de todo está más allá de todo nombre.

• Dios mas allá de todo se manifiesta a Si mismo, toma nombre, toma esencia, en Dios 0, Dios Todo.

• Dios Todo, a fin de manifestarse fuera de su eternidad, se limita en Dios Logos.

• Nuestros nombres, son los nombres que le damos a Dios Logos. Son los nombres que engloba el nombre de Dios Logos, Dios Todo y Dios mas allá de todo, el nombre que engloba todos los demás nombres, manifestados. Estos nombres somos nosotros mismos. Hay nombres más grandes y otros más pequeños según Dios creó a cada uno pero todos son cualidades de Dios, percepciones de Dios, manifestaciones de Dios.

4-: La caída, el cosmos, la redención y la Jerusalén Celestial

Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lc 19:10

Y yo les he manifestado tu nombre, y lo manifestaré aún; para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos. Jn 17:26

veo a la duda dudando y a la muerte agonizando; porque un fuego vivo y santo ha venido de lo alto

Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Romanos 8:19

la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Romanos 8:21-23

donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Colosenses 3:11

Y todo se hizo semejante a una reliquia de Ti mismo, monumento eterno de tus fieles trabajos odas de Salomón 11:18

En su templo todo proclama su gloria. Sal 29:9

Todo es uno

Tras el pecado original, estamos separados de Dios y así como si separas un rayo de sol del Sol, fuente de todos los rayos, este rayo desconectado de su fuente está automáticamente separado de los demás rayos que proceden del sol, nosotros estamos separados de Dios y de todos y de todo lo demás.

Dios se hizo hombre en Jesucristo y murió en la cruz para volvernos a unir a Sí. No es casualidad que la cruz sea como es +. el palo vertical símbolo de lo celestial, de Dios y el horizontal símbolo de lo terrenal, del hombre. Ambos encontrándose en la humanidad de Dios en Jesucristo. El cielo y la tierra, Dios y la humanidad reconciliándose en la muerte de Cristo en la cruz en la unidad del punto donde se cruzan ambos palos +. Cuando la obra redentora de Jesucristo nos haya devuelto la unión con Él estaremos de nuevo unidos a nuestra fuente y al estar todos unidos a la fuente, estaremos unidos los unos a los otros y la plegaria de Jesucristo en Juan 17 se habrá cumplido. Todos seremos uno. Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Jn 17:21-23

Como consecuencia de la caída, de nuestro estado de separación de Dios, tenemos un nombre falso del que proceden nuestros nombres falsos. Esta es la imagen de la serpiente en nosotros, la imagen de la bestia, nuestro falso nombre del que proceden nuestros falsos nombres, la imagen de la escisión, la S que todos traemos como consecuencia de la caída y de la que solo Cristo puede liberarnos cuando nace en nuestros corazones y aplasta la cabeza de la serpiente en nosotros concediéndonos recuperar la imagen de Dios, nuestro nombre verdadero que procede de Dios. Entonces la S pasa a ser 8, nuestro falso nombre deja de ser, recuperamos nuestro verdadero nombre que procede de Dios, del que proceden nuestros nombres verdaderos que son lo que realmente somos y que tienen su raíz en Dios, la imagen de la serpiente, de la escisión, deja de ser y recuperamos la imagen y semejanza de Dios. La S (notese la forma del símbolo S) de la serpiente, de la escisión, de la separación de Dios, pasa a ser el 8 (S + S invertida, reflejo, masculino + femenino, tumbado el símbolo de infinito), de la plenitud, de la unidad, de la unión con Dios, de la resurrección, de la eternidad. Entonces nos conocemos a nosotros mismos, nuestros verdaderos nombres, nuestro verdadero yo que Dios creó, nos unimos con nuestra imagen ideal que Dios creó.

Esos nombres falsos y ese estado de separación de Dios son la causa del cosmos en el que vivimos. Así, como en el Reino de Dios el “cosmos espiritual” es una manifestación de nuestros cuerpos espirituales, que son una manifestación de nuestros nombres (que son una manifestación de nuestra percepción de Dios, de la manifestación de Dios en cada uno de nosotros, de nosotros mismos); Aquí, el cosmos es una manifestación de nuestros cuerpos carnales, que son una manifestación del error, de nuestros nombres falsos y de nuestro estado de separación de Dios.

Cuando, por el fuego de Dios, que es el mismo al que Cristo se refirió cuando dijo “Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido? ” LC 12:49, seamos limpiados de todos nuestros falsos nombres, cuando conozcamos nuestro verdadero nombre, cuando el anticristo que se sienta en el trono de Dios haciéndose pasar por Dios 2 Tes 2:4 haya sido destronado, la muerte haya sido muerta en nuestros corazones y Jesucristo sea Rey en su trono en nuestros corazones y sea Rey en toda la tierra de nuestro ser, cuando hayamos vencido a la imagen de la Bestia Ap15:2, entonces se cumplirá lo que dijo San Pablo: Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. 1 corintios 13:12. Entonces, el mar de vidrio mezclado con fuego de Apocalipsis 15:2, pasará a ser el mar solo de vidrio y estaremos sobre él con las arpas de Dios, pues habremos triunfado sobre la imagen de la bestia, de la serpiente y habremos recuperado la imagen de Dios. Entonces conoceremos a Dios en la plenitud que el Él nos ha concedido a cada uno y le daremos el Nombre que Él nos ha concedido a cada uno; recibiremos ese mismo Nombre, habremos llegado a la medida de Cristo y habremos dado a luz a Cristo Juan 16:21, Ga 4:19, Ap 12:5, Ef 4:13. Se habrá cumplido lo que dice San Pablo: hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; Efesios 4:13.y su obra redentora habrá llegado a su plenitud en nosotros.Entonces tendremos la Paz de Salomón.

Entonces se cumplirá lo que dice San Pablo: la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora Romanos 8:21-22. Pues esos dolores de parto visibles en la creación, en lo exterior, no son sino el reflejo del estado caído de nuestro propio corazón hasta que hayamos dado a luz a Cristo Juan 16:21, Ga 4:19, Ap 12:5, Ef 4:13. Entonces la creación pasará de ser imagen de nuestro estado caído, imagen de la serpiente, de nuestros falsos nombres, de la escisión, de la S a imagen de nuestra plenitud, de la unión con Dios, de nuestros nombres verdaderos, imagen de Dios, 8 y Dios será todo en todo 1corintios 15:28. La redención del cosmos no es sino el reflejo exterior de la redención interior de los Cristianos. La muerte de la Bestia y la muerte de la muerte en el exterior no es sino la manifestación exterior de la muerte de la Bestia y de la muerte de la muerte en el corazón de los Cristianos. La nueva Jerusalén exterior no es sino manifestación y reflejo exterior de los Nombres de los Cristianos que son manifestaciones del Nombre sobre todo Nombre, que es la manifestación de Dios  “Mas allá de todo”.

Entonces, Así como la tristeza se transmutará alegría, lo material de este mundo se transmutará en la Nueva Jerusalén; y los reyes de la tierra llevarán a ella su gloria y su honor Ap 21:24.

Entonces, la pureza de lo “material espiritual” de la Nueva Jerusalén será la manifestación de la pureza de Dios porque será la manifestación de nuestros cuerpos espirituales, nuestros cuerpos serán la manifestación de nuestros nombres (de nosotros mismos), nuestros nombres (nosotros mismos) serán la manifestación del nombre de Dios Todo y de su Logos, (el nombre que engloba a todos los nombres, Dios Todo y su Logos) y el nombre de Dios Todo y de su Logos (el nombre que engloba a todos los nombres) será la manifestación de Dios “más allá de todo nombre”; entonces se cumplirá la palabra que está escrita: sorbida es la muerte en victoria 1 corintios 15:54 y Dios será todo en todo 1corintios 15:28.

Entonces viviremos en la ciudad que descendió de Dios Ap 21:2 Y Ap 3:12 igual que nuestros nombres descendieron de él y; como Adán en el paraíso, le pondremos a las cosas sus verdaderos nombres, que tendrán su raíz en Dios y Dios será todo en todo 1corintios 15:28.

Nota: En la versión larga de «De los Nombres de Dios» escribo tres «estados» de Dios: Dios mas allá de todo, Dios todo 0 y Dios Logos 1. Sin embargo en la versión corta solo distingo dos: Dios y El Logos de Dios. 

También escribo en la versión corta que Dios no tiene otro nombre sino el Logos de Dios y en la versión larga que Dios se Nombra a Si mismo en Dios Todo 0 y que Dios Logos comparte ese Nombre.

Ambas perspectivas son compatibles: Desde nuestro punto de vista Dios no tiene otro Nombre sino su Logos. Puesto que la esencia eterna de Dios Todo 0 está mas allá de toda posible percepción, es incognoscible. Sin embargo, Dios Todo 0 si se percibe a Sí mismo en su plenitud, es decir, conoce su Nombre y, para El mismo, tiene un Nombre. El Logos comparte ese Nombre porque, aun siendo perceptible y cognoscible, se conoce a si mismo en su plenitud, se conoce a Si mismo como Dios 0 Todo, es decir, a un siendo el Logos de Dios, limitado y cognoscible, no deja de ser Dios Todo 0 , ilimitado e incognoscible salvo por Si mismo. De esta manera, vemos que Dios solo tiene un Nombre que abarca toda su eternidad y que nosotros solo podemos conocer parcialmente en su Logos. «y tiene un Nombre escrito que nadie conoce sino El mismo» AP 19:12. 

Cuando hablo de Dios Todo 0 hago referencia Dios manifestándose, conociéndose a si mismo y cuando hablo de Dios Logos hago referencia a Dios manifestándose, dándose a conocer al exterior. 

Podríamos resumir todo esto en la idea de que el Dios Incognoscible se autolimita haciéndose cognoscible en su Logos.

De la era actual, el nihilismo y Jesucristo




“¿No habéis oído hablar de ese hombre loco que, en pleno día, encendía una linterna y echaba a correr por la plaza pública, gritando sin cesar, “busco a Dios, busco a Dios”? Como allí había muchos que no creían en Dios, su grito provocó la hilaridad. “Qué, ¿se ha perdido Dios?”, decía uno. “¿Se ha perdido como un niño pequeño?”, preguntaba otro. “¿O es que está escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se ha embarcado? ¿Ha emigrado?” Así gritaban y reían con gran confusión. El loco se precipitó en medio de ellos y los traspasó con la mirada: “¿Dónde se ha ido Dios? Yo os lo voy a decir”, les gritó. ¡Nosotros lo hemos matado, vosotros y yo! ¡Todos somos sus asesinos! Pero, ¿cómo hemos podido hacer eso? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Y quién nos ha dado la esponja para secar el horizonte? ¿Qué hemos hecho al separar esta tierra de la cadena de su sol? ¿Adónde se dirigen ahora sus movimientos? ¿Lejos de todos los soles? ¿No caemos incesantemente? ¿Hacia adelante, hacia atrás, de lado, de todos lados? ¿Hay aún un arriba y un abajo? ¿No vamos como errantes a través de una nada infinita? ¿No nos persigue el vacío con su aliento? ¿No hace más frío? ¿No veis oscurecer, cada vez más, cada vez más? ¿No es necesario encender linternas en pleno mediodía? ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿Nada olfateamos aún de la descomposición divina? ¡También los dioses se descomponen! ¡Dios ha muerto y nosotros somos quienes lo hemos matado! ¿Cómo nos consolaremos, nosotros, asesinos entre los asesinos? Lo que el mundo poseía de más sagrado y poderoso se ha desangrado bajo nuestro cuchillo. ¿Quién borrará de nosotros esa sangre? ¿Qué agua podrá purificarnos? ¿Qué expiaciones, qué juegos nos veremos forzados a inventar? ¿No es excesiva para nosotros la grandeza de este acto? ¿No estamos forzados a convertirnos en dioses, al menos para parecer dignos de los dioses? No hubo en el mundo acto más grandioso y las futuras generaciones serán, por este acto, parte de una historia más alta de lo que hasta el presente fue la historia. Aquí calló el loco y miró de nuevo a sus oyentes; ellos también callaron y le contemplaron con extrañeza. Por último, arrojó al suelo la linterna, que se apagó y rompió en mil pedazos: “He llegado demasiado pronto, dijo. No es aún mi hora. Este gran acontecimiento está en camino, todavía no ha llegado a oídos de los hombres. Es necesario dar tiempo al relámpago y al trueno, es necesario dar tiempo a la luz de los astros, tiempo a las acciones, cuando ya han sido realizadas, para ser vistas y oídas. Este acto está más lejos de los hombres que el acto más distante; y, sin embargo, ellos lo han realizado.”

Friedrich Nietzsche. La Gaya Ciencia.



El nihilismo, la autodestrucción, y el ocio autodestructivo es una reacción lógica y creo que la actitud más consecuente ante el sinsentido de la vida. ¿Para que esforzarnos en nada si somos producto de la casualidad, vamos a desaparecer y no va a quedar vestigio alguno de nosotros ni de nuestras obras? Nuestra generación, salvo raras excepciones, ha nacido en medio del abismo. No hemos recibido ninguna “educación” religiosa en el sentido de que no hemos crecido con la idea de que Dios es. Incluso está viva esa tendencia que mira con menosprecio a la religiosidad calificándola de un recurso para los cobardes que no se atreven a aceptar la angustiosa realidad de nuestra condición; aunque he de decir que estoy de acuerdo con los que dicen que quien no se haya hundido en la desesperación y no haya experimentado esa condición de ser sin Dios tomando plena consciencia del vacío existencial, del sinsentido de la vida y desde ese abismo de desesperación se haya vuelto a Dios, no podrá experimentar La Verdad de Dios plenamente. Quizás este es uno de los propósitos de las noches oscuras de la fe.

Este hecho, el no haber sido educados con la idea de que hay un Dios, ya sea en el sentido monoteísta, Cristiano, judío o musulmán o en  un sentido más oriental, pero que mantiene la trascendencia de la vida sobre la muerte física, ha supuesto el cercenamiento de toda concepción espiritual de la vida social e individualmente y ha influido enormemente en la psicología de las personas de occidente y creo que es la raíz de muchos trastornos de ansiedad y otros trastornos “psiquiátricos” que intentan tratarse con soluciones materiales (pastillas) o de naturaleza psicológica que, si bien pueden paliar los síntomas, no pueden solucionar el problema de raíz, ya que este es de naturaleza espiritual. No soy psicólogo pero por experiencia propia creo que la oración, el dedicar un rato a desahogarse con Dios con la esperanza de que se es escuchado, sería la mejor medicina en muchos de estos casos.

En parte creo que esta era de oscurantismo espiritual era necesaria para desligar el concepto de Dios de la institución de la iglesia en la psicología de las personas y llevarlas al verdadero conocimiento de Dios en Jesucristo. Me refiero a que considero que la institución de la Iglesia es un medio valido, y para muchos necesario para cultivar la relación con Dios pero no se puede sustituir a Dios por la institución de la Iglesia, ni reducir la relación de uno con Dios a su relación con la institución de la iglesia, ni reducir la verdadera vida espiritual, que consiste en el verdadero conocimiento de Cristo en Espíritu y en Verdad y en una relación personal con Él, a cumplir una serie de rituales y a persuadirse uno a sí mismo de que cree una serie de dogmas. Y, lo más importante, creo que esta noche oscura de la fe en nuestra civilización ha sido necesaria o de alguna manera Dios se está sirviendo de ella, para que el hombre compruebe que la libertad no está en vivir sin Dios; que Dios no nos quita la libertad sino que Dios es nuestra libertad; para destruir todos los conceptos falsos y los prejuicios que se habían formado alrededor del concepto “Dios” y para redescubrir a Dios.

Nietzsche vio este estado de cosas y escribió «Dios ha muerto, hemos matado a Dios». Y ante el abismo sin apoyo y sin referencia en que nos encontramos como consecuencia de haber negado a Dios y ante el nihilismo al que la humanidad se ve abocada en consecuencia, ofreció el concepto de “superhombre”; el hombre que, de su propia voluntad, construye sus propios valores haciéndose Dios de sí mismo. El hombre que se establece a sí mismo como centro, fundamento y apoyo de todo lo demás en contraposición al Cristiano “esclavo” que vivía en una especie de temor de Dios insano obedeciendo preceptos, no porque creyese en ellos, sino por temor al castigo de Dios. Paradójicamente este concepto de “superhombre” bien puede estar inspirado en Jesucristo, a quien Nietzsche admiraba y de quien decía que había sido el único Cristiano.

Cristo es el paradigma de los cristianos y los cristianos, los que tienen el Espíritu de Cristo, están llamados a reproducir su imagen. Están llamados a ser libres, a ser Cristos, a caminar en unión con Él así como Él, hecho hombre, anduvo unido a su propia divinidad. Están llamados a seguir los pasos de Cristo hasta la cruz y hasta el trono de Dios (Apocalipsis 3:21). Cristo no nos ha llamado a ese estado de temor de Dios insano y neurótico. No nos ha llamado para hacernos esclavos de un Dios que nos impone unos valores externos ajenos a nosotros mismos sino que ha venido para liberarnos de todo lo que no somos y regalarnos de nuevo nuestra verdadera identidad, el conocimiento verdadero de nosotros mismos, nuestro verdadero nombre. Dios es la fuente de nuestro ser y nuestra condición en este mundo es la de estar separados de Dios. Cristo, Dios-Hombre ha cubierto ese abismo de separación para volvernos a unir a Sí y que podamos ser nosotros mismos y no una sombra de lo que realmente somos separados de la fuente de nuestro ser, Dios. Cristo nos ha llamado para hacernos Reyes y libres, no esclavos.  El Cristiano que camina en el Espíritu no obedece normas externas en las que no cree movido por el temor sino que, unido a Dios, recibe su ser de Dios y este Ser que recibe es su propia ley. A esto se refiere San Juan de la Cruz cuando en su esquema de “la subida al monte Sion”, describiendo el final del camino, el estado místico de unión con Dios escribe: “Ya por aquí no hay camino porque para el justo no hay ley; él para sí se es ley”. Esta es la libertad de los Hijos de Dios, ni más ni menos que ser quien realmente son por estar unidos a la fuente de su ser, Dios.

Esto es diametralmente opuesto al superhombre de Nietzsche en cuanto a que el superhombre de Nietzsche se crea a sí mismo, es su propio Dios, mientras que el Cristiano recibe su Ser de Dios pero similar en cuanto a que tanto el Superhombre de Nietzsche como el Cristiano son ley para sí mismos. La diferencia es que El superhombre de Nietzsche es la fuente de sí mismo mientras que el Cristiano todo lo recibe de Dios. 

Ahora bien, este camino de conocimiento de Dios y de uno mismo pasa por la muerte en nosotros de todo lo que no somos, de nuestro falso yo egoísta contrario a Dios, del que Cristo nos ha de liberar, del cual brotan todas las tendencias humanas pecaminosas y egoístas contrarias a Dios: el orgullo, la codicia, la envidia, la maldad… que nos esclavizan y nos separan de Dios haciéndonos infelices. En este sentido la vida del Cristiano es una vida de lucha permanente contra uno mismo, contra su falso yo, hasta que haya vencido a los enemigos de Dios en sí  mismo y Cristo haya destronado al anticristo, el falso yo egoísta, el superhombre “que se sienta en el trono de Dios haciéndose pasar por Dios” 2 tesalonicenses 2:4, “haya puesto a todos sus enemigos (en nosotros) por estrado de sus pies” 1 corintios 15:25 y reine sobre toda la tierra de nuestro ser. Esta es la victoria interior que después se ha de hacer manifiesta en lo exterior. La redención de toda la creación. Cristo jamás nos prometió una vida fácil sino una vida plena de sentido.

En definitiva, en esta era vacía de sentido en que la iglesia ha perdido su vigencia y en que las juventudes vagan sin rumbo buscando respuestas donde no las hay y saciarse en lo que no sacia, animo a las personas a acercarse a Jesucristo, el único que puede dar pleno sentido a sus existencias y conducirles a la verdadera felicidad y a la verdadera libertad. A todos aquellos que arrastran cargas pesadas de remordimientos os digo que Jesús no os va a echar nada en cara. El desea que vayáis a Él para liberaros de vuestras culpas y de todo lo que os pesa más que vosotros mismos; y a todos los que sufren, que al fin y al cabo somos todos, porque no se puede ser feliz sin Dios, puesto que estamos hechos para Él y nuestra condición natural es estar unidos a Él, os digo que Jesucristo es; que está ahí y que ayuda a quien se lo pide; que muchos hemos experimentado su ayuda, nos ha rescatado de abismos profundos y ha dado sentido a nuestras existencias. Os digo que no estamos dejados de la mano de Dios, que no somos producto de la casualidad, que hay un sentido para todo.. Y os animo a todos a que os dirijáis a Jesucristo y os desahoguéis con Él, le pidáis ayuda, explicaciones, o lo que sea que os salga… Él está ahí y os escucha.

Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Mateo 15:13

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Exposición de la Fe Cristiana


PORQUE ESTAS CANSADO, ABURRIDO Y CABREADO.

PORQUE DE REPENTE TE HAS VISTO EN ESTE MUNDO Y NO LE VES UN SENTIDO.

PORQUE UNA VOZ TE DICE QUE LO ESENCIAL SE TE ESTA ESCAPANDO.

PORQUE TAMBIÉN TE DICE QUE LA VIDA NO PUEDE SER TAN CRUEL, QUE HAY UN SENTIDO.

PORQUE EL SEXO SE ACABA, NO TE LLENA Y LO VUELVES A DESEAR.

PORQUE CUANTO MAS LIBRE CREES QUE ERES MAS ESCLAVO TE SIENTES.

PORQUE CUANDO ESTAS ARRIBA BAJAS LO MISMO QUE HAS SUBIDO.

PORQUE VAS A MORIR.

PORQUE NO TIENES NADA QUE PERDER Y TODO QUE GANAR.

PIDÁMOSLE AYUDA A JESUCRISTO, PORQUE EL ES EL SENTIDO DE LA VIDA.

 

» yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida » juan 8:12

» yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al padre sino por mi » juan 14:6

» la verdad os hará libres » juan 8:32

 

1.Nuestro estado actual y el mal en el mundo y en nuestros corazones:

Es lógico pensar que no tiene sentido que el mundo sea imperfecto y que exista sufrimiento y mal en el mundo. ¿No tendría más sentido que todo fuera perfecto? Actualmente vivimos en un mundo caído. La causa es el pecado original; en la biblia está simbolizado por la desobediencia de Adán y Eva al comer del fruto prohibido del árbol de la ciencia del bien y del mal. No se sabe bien en qué consistió o que simboliza ese pasaje del Génesis, pero la consecuencia es el estado de separación del hombre con Dios que todos experimentamos.

Algunas consecuencias de este estado de separación del hombre con Dios son:

La infelicidad: Estamos diseñados para estar unidos a Él y solo en El podemos descansar y no descansaremos realmente hasta que volvamos a ser uno con EL. Tenemos una necesidad infinita que intentamos satisfacer de muchas maneras (mujeres, vino, comida, vicios, moralidad, intentar ser lo que no somos…) pero la única manera de satisfacerla es Dios.

El desconocimiento de nosotros mismos: Dios es la fuente de nuestro ser. Al estar separados de Dios estamos separados de nosotros mismos. Somos una sombra de lo que somos realmente, de nuestro verdadero «yo» que Dios creó. Estamos espiritualmente muertos. En esto consiste el pecado, cuando el hombre peca, se aleja de Dios la fuente de su ser, se aleja de su verdadero ser, muere espiritualmente, se demoniza.

El egoísmo en nuestros corazones: La voluntad propia contraria a la voluntad divina que nos separa de Dios y de la que solo Dios puede liberarnos. La imagen de la serpiente de la que solo Cristo puede liberarnos cuando nace en nuestros corazones y en nuestros corazones aplasta la cabeza de la serpiente (Génesis 3:15). Es entonces cuando conocemos nuestro nombre verdadero, el que Dios nos da, el que procede de Dios; es decir, cuando nos conocemos a nosotros mismos, a nuestro verdadero yo que Dios creó. Entonces recuperamos la imagen y la semejanza de Dios a que fuimos creados..

La muerte: del estado de separación del hombre con Dios deriva nuestra condición actual aquí en la tierra. De repente nos encontramos nacidos en este mundo y todos y cada uno de nosotros estamos condenados a morir. No sabemos por qué ni para qué estamos aquí pero sabemos que la guadaña de la muerte nos aguarda en cualquier momento y en cualquier lugar. Esta condición genera un profundo vértigo que todos llevamos dentro, lo que se suele llamar “angustia existencial”. Algunos son más conscientes de este vértigo y otros menos porque unos lo miran y otros lo evaden pero está en todos. Cuando el hombre conoce a Dios este abismo de vértigo se deshace como la oscuridad ante la luz. Ya sabe que todo tiene un sentido, que no somos el producto del caos ni de la casualidad, que todo tiene una razón de ser, que cada momento amargo de la vida tendrá una respuesta (Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos Apocalipsis 21:4) y que Dios Es y veremos su victoria eterna (en la cruz) sobre todo mal.

2.La salvación de Dios (Porque el Hijo del hombre ha venido para salvar lo que se había perdido Mt 18:11):

Dios no nos abandonó y nos dejó en este deplorable estado sino que se hizo hombre, en Jesucristo, y vino a buscarnos para rescatarnos y devolvernos la unión con Él y, con ella, de todo el bien que habíamos perdido. Dios se unió a nuestra humanidad para que el hombre pueda unirse de nuevo a Él. Este estado de unión del alma con Dios es el paraíso. Si miramos la cruz + , el palo vertical simboliza la divinidad de Cristo, el horizontal simboliza la humanidad de Cristo y el centro simboliza la reconciliación de Dios y de la humanidad en el UNO, en el Corazón de Nuestro Señor Jesucristo en el punto donde ambos palos se cruzan. La humanidad y la divinidad reunida y reconciliada por la humanidad y divinidad de Cristo como El Señor oró a su Padre diciendo: “que todos sean uno” Juan 17:21.

Jesucristo murió en la cruz y al tercer día resucitó. La manera como Jesucristo nos salva es enviando su Espíritu Santo a nuestros corazones. El Espíritu Santo, es Dios, Cristo mismo que viene a habitar en el corazón del que se lo pide. Este Espíritu Santo (Hechos 16:6), Espíritu de Cristo (romanos 8:9), Espíritu de Jesús (Hechos 16:7), Espíritu de Dios (romanos 8:9), un único Espíritu (Efesios 4:4), es el que reproduce la sagrada imagen de Jesús en nosotros. Cuando recibimos el Espíritu Santo, el verdadero Sol, que es Jesucristo, así como nació en este mundo en Belén, nace en nuestro corazón; y de vivir en la noche pasamos a vivir en el día verdadero. Es El Espíritu de Cristo, cuando lo recibimos, el que nos va limpiando de nuestro falso yo, de nuestro egoísmo y nos va llevando al conocimiento de Jesucristo y en consecuencia al conocimiento de nuestro verdadero «yo» y a la unión con Dios (La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Juan 17:22).

Dios se hizo Hombre y murió en la cruz para enviarnos su Espíritu. Jesús es el primer Hombre, la raíz del nuevo pacto, la raíz de Jesé (Isaías 11:1), el primogénito de los muertos. Como está escrito en Juan él no era de este mundo: “Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.” Juan 8:23. Ahora no somos más de este mundo porque Él, que nunca fue de este mundo, nos ha liberado de este mundo: “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece”. Juan 15:19. Por esto está escrito que Jesús no tenía pecado (2 corintios 5:21); Él no era un hombre normal como nosotros. La humanidad entera estaba sepultada en el pecado. Era necesario que Dios naciese como hombre y matara a la muerte y al pecado en nuestros corazones y después, como consecuencia, en el mundo exterior.

Jesús es el paradigma, el Hombre Nuevo, el primogénito, el primer renacido que nos ha abierto el camino a todos los demás. Cuando dice que El es el camino no se está refiriendo solo a su Santa presencia que nos guía en nuestros corazones, también se está refiriendo a su humanidad que debe ser reproducida en nosotros por Su Espíritu Santo. Nosotros los Cristianos estamos también llamados a seguirlo hasta la cruz y hasta el trono de Dios.

Los siguientes pasajes, entre otros, hablan del Espíritu Santo:

Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. Juan 4:13-14.

En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. Juan 7:37-39.

Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. Juan 16:13-15.

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Hechos 2:38.

3. conclusión:

Es probable que todo esto choque con nuestra racionalidad y nos cueste creer que es así. Además es posible que haya cometido algún que otro error en la exposición. En cualquier caso lo importante es que con sinceridad nos dirijamos a Jesucristo y le pidamos su ayuda. Él está ahí y ayuda a quien se lo pide. Dile lo que te salga del corazón, que quieres que te ayude pero que te cuesta creer y que te ayude a creer o que quieres conocerle o pídele ayuda y exponle tus preocupaciones… Lo que te salga del corazón. 

Todos hemos buscado la felicidad en donde no podíamos encontrarla y hemos cometido errores o pecados. También todos nos hemos dejado llevar por nuestro egoísmo y hemos hecho sufrir a gente, hemos hecho mal y nos hemos comportado indignamente. Todos necesitamos el perdón de Dios. Pidámosle a Jesucristo que nos perdone todo el mal que hayamos hecho y que nos ayude a cambiar. El no nos va a echar nada en cara. El desea más que nosotros que vayamos a Él para perdonarnos, limpiarnos y hacernos felices. «Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. Juan 3:17».

Es de vital importancia recibir a Cristo. Antes de recibirlo estamos muertos, cuando lo recibimos volvemos a la verdadera vida, con Dios, como Jesucristo dijo:

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a juicio, mas ha pasado de muerte a vida. Juan 5:24.

De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Juan 5:25 .

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?. Juan 11:25-26.

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6 .