La atención amorosa a Jesucristo



El recuerdo de Jesucristo y la atención amorosa a Él son el fundamento de la vida espiritual. Llamamos atención amorosa a la atención sostenida por la Gracia, es decir, a la atención sostenida por el amor del Espíritu Santo.

El problema es que no podemos recordar a Jesucristo y permanecer con la atención centrada en Él porque el amor a Él todavía no se ha despertado en nosotros. ¿Cómo podríamos vivir recordando lo que no amamos? Sin embargo, si el amor a Él se hubiese despertado en nuestro corazón el recuerdo de Jesucristo vendría por si mismo, sin necesidad de esforzarnos por ello. ¿Quién no piensa continuamente en aquél a quien ama? En consecuencia, al no amar a Jesús, no pensamos en Él; y al no recordarle, no podemos centrar la atención en Él y, los breves momentos en que lo recordamos y centramos nuestra atención en Él, nuestra atención es frágil por no estar sostenida por el amor del Espíritu Santo y enseguida vienen otros pensamientos que se llevan cautiva nuestra atención. En consecuencia, no podemos vivir pendientes de hacer su voluntad y con frecuencia nos distraemos en hábitos que son contrarios a nuestro propósito de acercarnos a Él.

Es preciso pues despertar ese amor a Él que avive la conciencia de su presencia y nos permita vivir con la atención centrada en Él. Es entonces cuando comenzará la verdadera vida Espiritual en nosotros y comenzaremos a poder vivir en medio de ese dialogo permanente que Jesús tenía con El Padre Celestial; Viviendo en oración, con la atención siempre centrada en Él, amándole sobre todas la cosas, siempre pendiente de agradarle y hacer su voluntad.

¿Por donde podemos empezar si este amor espiritual aún no se ha encendido en nuestro corazón?

Lo mas fundamental y necesario es ser fieles a los tiempos de oración en intimidad a solas con Jesucristo.

Además, en este punto en que todavía el fuego del Espíritu Santo aun no es perceptible, la lectura de libros de oración y de la Biblia es una gran ayuda, pues ello nos permitirá vivir con el pensamiento puesto en los temas que nos ocupan y será una gran ayuda para mantener firme el propósito de acercarnos a Jesús y para no distraernos y perdernos en los asuntos del mundo. Es preciso que desarrollemos una especie de «obsesión» por Jesucristo y la lectura nos ayudará a ello. Mas adelante, cuando el fuego del Espíritu Santo ya se haya avivado en nuestro corazón, deberemos limitar mas nuestras lecturas y solo cuidar de mantener y avivar ese fuego mediante la oración y los actos que discernamos que son la voluntad de Dios mediante ese vinculo atencional a Jesucristo. Lo esencial será solo tener cuidado de mantener esa atención amorosa a Jesucristo a lo largo del día.

Una vez se haya encendido ese fuego espiritual en nuestro corazón el recuerdo de Jesucristo vendrá de manera natural y, avivada la conciencia de su presencia, la gracia atrapará nuestra atención en Jesucristo en el amor del Espíritu Santo. Esa atención amorosa a Jesucristo nos permitirá vivir en vigilancia, haciendo su voluntad. Por ese vinculo atencional descenderán bendiciones para nosotros y esa atención amorosa a Jesucristo hará crecer el amor a Jesús y al prójimo en nosotros. Este es el comienzo de la verdadera vida Espiritual.


«Por eso te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos» 2 Timoteo 1:6


Relacionado: Caminar ante El Señor


Sed de Dios



Hay una sed profunda que todos tenemos pero que como siempre nos ha acompañado pasa desapercibida y no somos conscientes de ella. Cuando El Señor Jesucristo nos da de beber el agua de su Espíritu Santo vemos que siempre habíamos estado tan profundamente sedientos en lo mas hondo de nuestro ser y que sin El es imposible ser verdaderamente felices y plenos.

Esta sed es la que experimento nuestro Señor en la cruz: «Tengo sed.» Juan 19:28. La vida, la justicia y el agua saciante se hizo muerte, pecado y sed para saciarnos.

Todos tenemos esa sed profunda desde que nacemos. La sed física de agua material es la manifestación en el plano material de esta sed espiritual. Esta sed es muy profunda y muy aguda pero como siempre ha estado con nosotros no podemos identificarla y pasa desapercibida. Como nunca jamás hemos conocido la saciedad, no podemos identificar esta sed a pesar de que siempre nos acompaña. Cuando recibimos tan solo una gota de la presencia de Cristo entonces identificamos esta sed porque sentimos que su presencia nos ha saciado y entonces tomamos mas y mas conciencia de esa sed que siempre nos había acompañado y nos dirigimos hacia Cristo con la fuerza de esa sed para saciarnos de la fuente de aguas de vida. Entonces es cuando entendemos que solo Él puede saciar esa sed y que solo en Él podemos ser realmente felices.

Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. Juan 7:37

Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. Juan 4:10

Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. Apocalipsis 22:17


La Ley, la Gracia y el Espíritu Santo.






El hombre, desde que cayó en la oscuridad del desconocimiento de Dios y de si mismo por el pecado original, está bajo la maldición de la ley. Es imposible para el hombre cumplir la ley mediante sus fuerzas naturales y en consecuencia vive en el pecado arrastrándose por la tierra y tragando el polvo de las miserias del exilio. La ley debe ser cumplida espiritualmente; solo el Hombre regenerado por el Espíritu de Cristo es capaz de cumplir la Ley y, libre de todo egoísmo, amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a si mismo; mandamientos que Nuestro Señor destacó como los fundamentales indicando que todos los demás dependían de ellos.

Es por esto que Cristo indicó que el no vino a abolir la Ley y los profetas sino a darles cumplimiento. Cristo, El Hombre Nuevo, paradigma del Hombre regenerado, sin pecado, cumplía naturalmente la Ley y, por el regalo de Su Santo Espíritu, nos capacita para cumplirla a nosotros los cristianos transformando nuestra naturaleza caída, regenerándonos y haciéndonos Hombres Nuevos sin pecado a su imagen y semejanza. Entonces es Cristo mismo el que cumple la Ley en nosotros, pues entonces Él es en nosotros y nosotros somos en Él (Juan 14:20 y 17:21-23). Cristo mismo es la Ley y solo transformándonos en Él y participando de su Ser, de su Vida es posible cumplir la Ley. Este es el Paraíso, la tierra prometida y la tierra de los vivientes; Cristo.

Hasta aquí hemos visto como la manera de cumplir la Ley es haciéndonos uno con Cristo y cómo esto solo es posible mediante la obra transformativa del Espíritu Santo en nosotros y no mediante nuestros esfuerzos. Ahora bien, ¿Son necesarios nuestros esfuerzos y nuestras obras para que el Espíritu Santo pueda realizar esta obra Santa en nosotros? ¿Cual es el papel que jugamos nosotros en nuestra Salvación?

Las palabras de Cristo en la parábola del sembrador (Mateo 13:1-9, Marcos 4:1-9 y Lucas 8:4-8) son claves para traer luz a esta cuestión. En este pasaje Cristo nos indica que es posible que la palabra caiga en mala tierra o que sea ahogada por los cardos y los espinos, los afanes de este mundo, y no fructifique. La tierra alude a nuestro ser en este mundo y a nuestra relación con este siglo y todo lo que conlleva. La semilla alude a la palabra de Dios: tanto a la buena nueva del evangelio, como a Cristo, Palabra de Dios, en nuestro corazón como Espíritu Santo y a la Fe (sal 126:6, Mateo 17:20) y los frutos aluden a la Vida eterna, la vida nueva en el Espíritu, la comunión con Dios a la que hacíamos referencia que es el fin de la vida Cristiana.

Es en la tierra, en su relación con las cosas transitorias de este siglo, donde el hombre puede actuar. Lo demás, el crecimiento de la planta, es obra de la Gracia. No podemos sustituir la obra transformativa del Espíritu Santo con nuestros esfuerzos pero si que es nuestra responsabilidad cuidar nuestra tierra enfocando nuestra vida en Cristo y evitando diluirnos en los asuntos de este mundo a fin de que el Espíritu Santo pueda hallar en nosotros una tierra fértil donde la semilla de la Fe pueda germinar, crecer y producir los frutos del reino. Mediante la oración, el agua y la luz de Dios necesarias caerán del cielo y la semilla de la fe se convertirá en el gran árbol del reino (Mateo 13, 31-35).

Lo que esta en nuestra mano es desenvolvernos en este mundo lo mas fielmente posible a las instrucciones de Cristo, siempre confiando en su misericordia ante nuestras inevitables caídas (MT 18:7), y buscar recibir todo lo demás en la oración. Los pies bien asentados en la tierra (buena conciencia) mirando al sol (viviendo en oración).

En la experiencia dicen que el esfuerzo es mas necesario al principio, cuando las pasiones están mas vivas y el amor a Dios aún es débil en nosotros o mejor dicho cuando aún no hemos sintonizado con el amor que Dios nos tiene, pues amar a Dios es dejarse amar por Él. Aquí el hombre se conduce intentando agradar a Dios interpretando cual será su voluntad mediante el concepto que se ha formado de Dios por la lectura de la Biblia y la educación que ha recibido pero no tiene una experiencia real ni una guía directa de Dios.

Llega un momento, cuando el sentimiento de la presencia de Dios se ha hecho fuerte en nosotros y ha pasado a ser sensible, cuando el árbol se ha hecho grande y las aves de los cielos ¿quizás una alegoría de los pensamientos? hacen nidos en sus ramas (Lc 13:32), en que resulta mucho mas sencillo pararse a discernir y hacer las cosas siguiendo la voluntad de Dios. En estas etapas de comunión esa luz de la presencia de Dios en nosotros nos indica el camino a seguir y en caso de duda, cuando tenemos dudas sobre como debemos actuar no estando seguros de si una acción en particular va a ser o no conforme a la voluntad de Dios, es util seguir un consejo que leí en el blog elsantonombre: proyectarnos en el futuro e imaginarnos habiendo realizado la acción acerca de la cual tenemos dudas; entonces la gracia nos mostrará si ese es o no el camino que debemos tomar viéndose o no fortificado el sentimiento de amor, paz y comunión con Dios. Aquí el hombre ya no se conduce movido por su interpretación de cual será la voluntad de Dios sino que Dios mismo le guía y le mueve de manera directa.

Este estado de comunión es a lo que se refieren los orientales cuando hablan de hacer descender el intelecto al corazón, lo que, si no me equivoco, es equiparable al estado de Gracia o a caminar en el Espíritu. Antes de llegar aquí es necesario gran esfuerzo y lucha para dominarnos y hacer la voluntad de Dios, pero aquí ya contamos con una ayuda sensible del Espíritu Santo y la paz supramundana y el amor a Dios se convierten en un refugio contra los zarandeos de los deseos de la carne y un punto de apoyo que nos permite vivir haciendo la voluntad de Dios de manera natural.

El amor a Dios es la principal muralla que nos protege de las tentaciones y hace dulce el esfuerzo. En las etapas en las que ese amor es débil aparecen las tentaciones de buscar satisfacciones fuera de Dios pero cuando el fuego del amor a Dios arde con fuerza ni siquiera supone un esfuerzo abstenerse de los placeres del mundo porque lo único que se quiere es a Dios y todas nuestras pasiones están ordenadas correctamente hacia ÉL. Entonces vivimos la vida del Espíritu y de manera natural cumplimos la ley, pues en esos momentos, el Hombre Nuevo, que no puede pecar porque es Hijo de Dios nacido de Dios (1 Juan 3:9) domina en nosotros en lugar del hombre viejo carnal esclavo del pecado.

Ahora bien, los autores con experiencia en esto siempre dejan bien claro que este estado de gracia o unión del intelecto y el corazón, no es algo que se pueda obtener por los propios esfuerzos sino que es puro Don de Dios que nos será otorgado cuando El considere oportuno. Hasta entonces debemos luchar lo mejor que sepamos y podamos y esforzarnos en enfocar nuestra vida en la búsqueda de Dios y guardarnos de los afanes de este siglo a fin de que la buena semilla se desarrolle y fructifique. Los que tienen experiencia dicen que es necesario pasar por crisis de fe y amor en el camino de unión con Dios a fin de purificar nuestras intenciones. En estos momentos en que nuestra debilidad e impotencia se hacen patentes debemos confiar ciegamente en Cristo apoyándonos en su omnipotencia, su misericordia y su amor por nosotros perseverando hasta el fin. El que persevere hasta el fin, éste será salvo. MT 24:13.


                       

Citas:

Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. génesis 3:17-18

Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo 22:36-40

No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Mateo 5:17

Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Mateo 5:20

Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. Juan 1:17

Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida. juan 5:39-40

Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece. juan 9:41

En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. Juan 14:20

para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.Juan 17:21-23

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero). galatas 3:13

ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. romanos 3:20

Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. romanos 7:14

Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas. Mateo 13:31-32

Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 1 Juan 3:9

la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego. 1 corintios 3:13-15

el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; Filipenses 1:6.

y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Juan 10:28-29


             



Enlace recomendado sobre la misma temática : EL ESPÍRITU SANTO, LEY NUEVA DEL CRISTIANO. Raniero Cantalamessa





De los nombres de Dios – versión resumida


1- EL LOGOS. EL NOMBRE DE DIOS


Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer. Jn 1:18 

Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia. Colosenses 1:15-18

El que me ha visto a mi ha visto al Padre. Jn 14:9 

Dios está más allá de todo nombre y da nombre a todo lo demás. Puesto que el nombre es lo que define a lo que nombra, para que algo tenga nombre ha de ser perceptible. Dios está más allá de todo y no hay ningún nombre que le pueda contener.

Dios, a fin de manifestarse y comunicarse, se autolimita, se nombra a Si mismo, toma Nombre en su Logos (palabra o verbo). El Logos es el Nombre de Dios; es la manifestación de Dios; es Dios mismo manifestándose. Dios, exceptuándose a sí mismo que se conoce en su propia plenitud, no puede ser percibido si no es a través de su Logos. EL Logos es la palabra limitada que surge del ilimitado silencio, Dios pronunciándose a Sí mismo. Todo lo que existe subsiste en el Logos de Dios, Él es la esencia de todas las esencias, el fundamento de todo lo que es; todas las cosas reciben su nombre, su ser, del Logos de Dios; del Nombre de Dios. Es por esto que está escrito: En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Juan1:4.  El es nuestra vida porque El es la fuente de nuestro Ser, donde recibimos nuestro ser, donde recibimos nuestro Nombre. Este Nombre que recibimos de Él, está contenido en El Nombre de Dios y no es sino un reflejo limitado del Nombre de Dios; una manifestación parcial de su ilimitada gloria. Todas las cosas toman su ser del Nombre de Dios; todos los nombres están contenidos en el Nombre de Dios.


2- NUESTROS NOMBRES



El Logos de Dios nos ha creado y nos ha dado un ser; una capacidad de percibirlo y de recibirlo y manifestarlo. A cada uno de nosotros, nos ha concedido ser y manifestar un aspecto de Sí mismo. Esta capacidad de percibirlo, recibirlo y manifestarlo es diferente en cada uno de nosotros. No hay nadie que pueda percibirlo y recibirlo por entero, pues esto equivaldría a conocer Su Nombre, el Nombre sobre todo Nombre que solo Él conoce y equivaldría a ser igual a Él. Él es el único que puede conocer su propia plenitud: “Y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Apocalipsis 19:12”. Sin embargo, cada uno de nosotros percibe, recibe y manifiesta, cada uno de nosotros Es, un aspecto distinto del Logos de Dios, un aspecto distinto de su Nombre. Ese aspecto del Logos de Dios que percibimos, recibimos y manifestamos es el Nombre que le damos al Logos de Dios, y al darle ese Nombre recibimos ese mismo nombre que le damos. Ese Nombre que le damos al Logos de Dios y que al dárselo recibimos de Él es nuestro verdadero Nombre; ese Nombre es nuestro verdadero ser, nuestro verdadero yo, nosotros mismos. La santidad no es otra cosa sino el descubrimiento de este Nombre, de nosotros mismos, de Dios. Nosotros somos los Nombres de Dios, particulares y limitados reflejos de su ilimitada Gloria. Por esto cuando conocemos al Logos de Dios somos conocidos por Él, por eso conocer al Logos de Dios es conocerse a uno mismo. Aquí toman sentido las palabras de San Pablo: “Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido”. 1 Corintios 13:12.


3- LA CAÍDA


Tras el pecado original, el hombre está separado del Logos de Dios, que es su vida y la fuente de su ser. En consecuencia, ha perdido su verdadero Nombre, su verdadero Yo. El hombre no se conoce a si mismo porque no conoce a Dios; está espiritualmente muerto porque está separado de Dios, que es la fuente de su ser. Así como si separas un rayo de sol del Sol, fuente de todos los rayos, este rayo desconectado de su fuente está automáticamente separado de los demás rayos que proceden del sol, nosotros estamos separados de Dios y de todos y de todo lo demás.


4- NUESTRA REDENCIÓN


El Logos de Dios, Dios, se hizo hombre en Jesucristo y murió en la cruz para volvernos a unir a Sí.  No es casualidad que la cruz sea como es +. El palo vertical símbolo de lo celestial, de Dios y el horizontal símbolo de lo terrenal, del hombre. Ambos encontrándose en la humanidad de Dios en Jesucristo. El cielo y la tierra, Dios y la humanidad reconciliándose en la muerte de Cristo, en la cruz, en la unidad del punto donde se cruzan ambos palos +. Cuando la obra redentora de Jesucristo nos haya devuelto la unión con Él estaremos de nuevo unidos a nuestra fuente y al estar todos unidos a la fuente, estaremos unidos los unos a los otros y la plegaria de Jesucristo en Juan 17 se habrá cumplido. Todos seremos uno. “Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado”. Juan 17:21-23

Como consecuencia de la caída, de nuestro estado de separación de Dios, tenemos un nombre falso del que proceden nuestros nombres falsos. Esta es la imagen de la serpiente en nosotros, la imagen de la bestia, el hombre viejo, nuestro falso nombre del que proceden nuestros falsos nombres.  Nuestro verdadero Yo, nuestro verdadero Nombre, solo puede hacer el bien; solo puede engendrar buenos hijos, buenos nombres, porque sus obras son hechas en Dios (Juan 3:21)  y lo que nace de Dios no puede pecar (1 Juan 3:9). Sin embargo, de nuestro falso nombre solo pueden salir falsos nombres, malas obras, malos hijos de la mentira que no tienen su raíz en Dios.

Solo Cristo puede liberarnos de nuestros falsos nombres cuando nace en nuestros corazones y aplasta la cabeza de la serpiente en nosotros concediéndonos recuperar la imagen de Dios; nuestro nombre verdadero que procede de Dios. Entonces nuestro falso nombre deja de ser y recuperamos nuestro verdadero nombre que procede de Dios, del que proceden nuestros nombres verdaderos, nuestros buenos hijos que tienen su raíz en Dios. Entonces nos conocemos a nosotros mismos, nuestro verdadero nombre, nuestro verdadero yo que Dios creó. 

El que tiene oído para oír, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias: Al que venciere, le daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. Apocalipsis 2:17



5- LA REDENCIÓN DEL COSMOS. EN LA CARNE DE CRISTO GLORIFICADA LA MATERIA DEL MUNDO FUE DEIFICADA.


La creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.

Romanos 8:21-23

Nuestros nombres falsos y nuestro estado de separación de Dios son la causa del cosmos en el que vivimos. Así, como en el Reino de Dios el “cosmos espiritual” es imagen de nuestros cuerpos espirituales, que son la manifestación exterior de nuestros nombres que a su vez manifiestan un aspecto del Nombre de Dios, aquí, el cosmos material es imagen de nuestros cuerpos carnales, que son una manifestación del error, de nuestros nombres falsos y de nuestro estado de separación de Dios.

Cuando, por el fuego de Dios, que es el mismo al que Cristo se refirió cuando dijo “Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido?” Lucas 12:49, seamos limpiados de todos nuestros falsos nombres, cuando conozcamos nuestro verdadero nombre, cuando el anticristo “que se sienta en el trono de Dios haciéndose pasar por Dios. 2 Tesalonicenses 2:4” haya sido destronado, la muerte haya sido muerta en nuestros corazones y Jesucristo sea Rey en su trono en nuestros corazones y sea Rey en toda la tierra de nuestro ser; cuando hayamos vencido a la imagen de la Bestia (Apocalipsis 15:2), entonces se cumplirá lo que dijo San Pablo: “Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.” 1 corintios 13:12.  Entonces conoceremos a Dios en la plenitud que el Él nos ha concedido a cada uno y le daremos el Nombre que Él nos ha concedido a cada uno; recibiendo ese mismo Nombre habremos llegado a la medida de Cristo y habremos dado a luz a Cristo (Juan 16:21, Gálatas 4:19, Apocalipsis 12:5, Efesios 4:13). Se habrá cumplido lo que dice San Pablo: “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”  Efesios 4:13. Su obra redentora habrá llegado a su plenitud en nosotros.

Entonces se cumplirá lo que dice San Pablo: “la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora” Romanos 8:21-22. Pues esos dolores de parto visibles en la creación, en lo exterior, no son sino el reflejo del estado caído de nuestro propio corazón hasta que hayamos dado a luz a Cristo (Juan 16:21, Gálatas 4:19, Apocalipsis 12:5, Efesios 4:13). Entonces la creación pasará de ser imagen de nuestro estado caído, imagen de la serpiente, de nuestros falsos nombres,  a ser imagen de nuestra plenitud, de la unión con Dios, de nuestros nombres verdaderos, imagen de Dios, “y Dios será todo en todo” 1 corintios 15:28. La redención del cosmos no es sino el reflejo exterior de la redención interior de los Cristianos. La muerte de la Bestia y la muerte de la muerte en el exterior no es sino la manifestación exterior de la muerte de la Bestia y de la muerte de la muerte en el corazón de los Cristianos. La nueva Jerusalén exterior no es sino manifestación y reflejo exterior de los Nombres de los Cristianos que son manifestaciones del Nombre de Dios, manifestaciones de Dios.

Entonces, la pureza de lo “material espiritual” de la Nueva Jerusalén será la manifestación de la pureza de Dios porque será imagen de nuestros cuerpos espirituales, nuestros cuerpos serán la manifestación de nuestros nombres (de nosotros mismos) y nuestros nombres serán la manifestación del Nombre de Dios. Entonces se cumplirá la palabra que está escrita: “sorbida es la muerte en victoria” 1 corintios 15:54 “y Dios será todo en todo” 1corintios 15:28. 

Entonces viviremos en la ciudad que descendió de Dios (Apocalipsis 3:12 y 21:2) igual que nuestros nombres descendieron de Él y, como Adán en el paraíso, le pondremos a las cosas sus verdaderos nombres (Génesis 2:19), que tendrán su raíz en Dios y “Dios será todo en todo” 1corintios 15:28.

Entonces, el nombre de Dios habrá sido glorificado en nosotros y todo lo que sea será una manifestación de Dios.

Este Nuevo mundo y nuestros Nombres Nuevos yacen escondidos en el viejo mundo y en nuestros nombres viejos como el árbol yace escondido en la semilla. De esto trataremos más adelante en la entrada “La Gran Señal en el Cielo.”

 


Nota: En la versión larga de «De los Nombres de Dios» escribo tres «estados» de Dios: Dios mas allá de todo, Dios todo 0 y Dios Logos 1. Sin embargo en la versión corta solo distingo dos: Dios y El Logos de Dios. 

También escribo en la versión corta que en Nombre de Dios es el Logos de Dios y en la versión larga que Dios se Nombra a Si mismo en Dios Todo 0 y que Dios Logos comparte ese Nombre.

Ambas perspectivas son compatibles: Desde nuestro punto de vista Dios no tiene otro Nombre sino su Logos. Puesto que la esencia eterna de Dios Todo 0 está mas allá de toda posible percepción, es incognoscible. Sin embargo, Dios Todo 0 si se percibe a Sí mismo en su plenitud, es decir, conoce su Nombre y, para El mismo, tiene un Nombre. El Logos comparte ese Nombre porque, aun siendo perceptible y cognoscible, se conoce a si mismo en su plenitud, se conoce a Si mismo como Dios 0 Todo, es decir, a un siendo el Logos de Dios, limitado y cognoscible, no deja de ser Dios Todo 0 , ilimitado e incognoscible salvo por Si mismo. De esta manera, vemos que Dios solo tiene un Nombre que abarca toda su eternidad y que nosotros solo podemos conocer parcialmente en su Logos. «y tiene un Nombre escrito que nadie conoce sino El mismo» AP 19:12. 

Cuando hablo de Dios Todo 0 hago referencia  Dios manifestándose, conociéndose a si mismo y cuando hablo de Dios Logos  hago referencia a Dios manifestándose, dándose a conocer al exterior.

Podriamos resumir todo esto en la idea de que el Dios Incognoscible se autolimita haciendose cognoscible en su Logos.

De los nombres de Dios

1- Dios mas allá de todo

Está mas allá de todo nombre. No puede tener símbolo alguno asociado, pues está mas allá de todo. No podemos decir que es eterno ni no eterno, está mas allá de ello. No podemos decir que no tiene principio ni fin pero tampoco tiene principio y fin, está mas allá de ello. No es infinito pero tampoco es finito, está mas allá de ello. Ni es ni tampoco no es, está mas allá de ello. Está mas allá de todos los planos. La eternidad de Dios en su estado «mas allá de todo» es Dios en su estado Dios Todo y cualquier atributo de Dios en su estado «mas allá de todo» pertenece a Dios en su estado Dios Todo: La gloria de Dios «mas allá de todo» es Dios Todo, el pensamiento de Dios «mas allá de todo» es Dios Todo, La Sabiduría de Dios «mas allá de todo» es Dios Todo.

Lo podríamos llamar Nada pero en su concepto mas puro y no como contraposición al Todo. El atributo Nada como contraposición al Todo correspondería a Dios Nada-Todo y sería el recipiente, que quedaría oculto por su Todo desde su eternidad, donde se habría de manifestar su Todo.

De manera análoga el atributo oscuridad, como ausencia de luz, no se le podría aplicar tampoco a Dios «mas allá de todo», pues en este estado Dios estaría en un plano sobre todo plano mas allá del plano luz-oscuridad. Este atributo oscuridad se le podría aplicar a Dios Todo en cuanto a que sería el continente donde se manifestaría su luz pero, en cualquier caso, esta oscuridad queda siempre desde su eternidad cubierta por su luz como está escrito: Este es el mensaje que hemos oído de él,y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. 1 Juan 1:5. Esta oscuridad es identificable con el anhelo de la luz; anhelo que implica su ausencia y que es necesario para que esta llegue a ser.

En cuanto al concepto eternidad, ha de ser atributo de Dios Todo. Pues Dios «mas allá de todo» estaría mas allá de ello. No podríamos decir que es desde siempre ni que es eterno ni que no tiene principio ni fin, esto solo lo podríamos decir de Dios Todo. Si que podríamos decir que Dios «mas allá de todo» es desde siempre, es eterno y no tiene principio ni fin en Dios Todo. Tampoco podríamos decir que Dios «mas allá de todo» no es desde siempre, ni que no es eterno ni que tiene principio y fin, pues Dios «mas allá de todo»está mas allá del plano ser-no ser. El atributo No ser sería aplicable a Dios Todo y sería el continente donde se manifestaría su ser y quedaría oculto por Él desde su eternidad. Este atributo No-Ser sería lo mismo que el atributo Nada con respecto a todo, que hemos dicho que se le podría aplicar a Dios Todo, que sería el «recipiente» donde se manifiesta su Todo y quedaría oculto por su Todo desde su eternidad.

Realmente pienso que lo mas apropiado para denominar a Dios «mas allá de todo» sería «El mas allá de todo» y que ni siquiera es apropiado aplicarle el atributo Nada ni siquiera especificando que este atributo ha de tomarse en su idea mas pura y no en los planos Nada-Todo.

2- Dios Nada-Todo, Dios Todo, Dios 0.

de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra. Efesios 3:15

Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. 1 tim 1:17

el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.1 tim 6:16

De Dios en su estado (que ni no es ni tampoco es) «mas allá de todo» surge Dios Todo, 0, YHVH. El que es. Eterno, inmutable. La esencia de las esencias, el Nombre sobre todo Nombre. Dios en su estado «mas allá de todo», al tomar consciencia de sí, al «mirarse» a sí mismo, pasa de no ser a ser,de nada a Todo, de Nada a 0. En su conocimiento de Sí mismo se hace su propia luz. Dios mas allá de todo se conoce, se piensa a si mismo en Dios Todo 0. Dios Todo 0 es eterno e infinito. Su símbolo es el 0 (nótese la forma del 0, sin principio ni fin).

Es de quien todo procede. Es el todo en potencia y es el todo en acto. No es y es el Ser. Es todos los nombres en potencia pero no manifestados y es la plena manifestación de todos los nombres. Es la Nada y es el todo. Es no eterno y es eterno. Es el No y es el Si. Es el No donde se manifiesta el Si y es el Si. Es la oscuridad y la luz. Lo mas acertado que veo para escribir sobre el origen de Dios nada-todo en Dios mas allá de todo es cuando Dios mas allá de todo quiere mirarse a Sí mismo. Entonces se hace su ignorancia-oscuridad que da lugar su conocimiento-luz y que queda oculta por esta desde su eternidad, su Nada que da lugar a su Todo y que queda oculta por este desde su eternidad. Pero se ha de decir que este «querer mirarse a sí mismo» ya correspondería a Dios en su estado Nada-todo y no a Dios en su estado mas allá de todo. Es imposible cruzar este umbral. Por ello el único nombre apropiado para Dios en su estado mas allá de todo es Dios mas allá de todo. El símbolo de Dios Nada-Todo en su aspecto Todo, (que es el que es) es el 0 (notese el símbolo sin principio ni fin).

He escrito que «Dios Nada-Todo» es el No, Nada, Oscuridad pero esto no es del todo correcto. Estos atributos se le podrían aplicar al aspecto «Nada» de Dios «Nada-Todo» pero este aspecto Nada aún no Es; es el «No ser» de Dios donde se manifiesta el «Ser» de Dios. El ser solo se le podría aplicar al aspecto «Todo» de «Dios Nada-Todo», que es «donde» Dios es en Si mismo. Lo mas correcto sería decir que «Dios Nada-Todo» no es el No, Nada, Oscuridad y es el «Si», «Todo», «Luz». El aspecto «Nada» es identificable con el anhelo del aspecto «Todo» , anhelo que es el necesario recipiente donde se ha de manifestar el aspecto «Todo». Este aspecto Nada es «donde» se manifiesta su aspecto Todo y queda oculto por su aspecto Todo desde su propia eternidad.

En su aspecto Todo, que es el que es y al que me referiré en adelante, ya que su aspecto Nada queda oculto por su aspecto Todo desde su eternidad, tiene un Nombre que solo conoce Él mismo, es decir, solo Él puede conocer su propia plenitud plenamente. Este Nombre, sobre todo Nombre, es donde se fundamentan todos los demás nombres; todo lo que es. Es la esencia sobre la que se fundamenta todo lo demás, la esencia de todas las esencias; de donde todo lo demás toma su ser. Todos nuestros nombres y los de cualquier cosa que sea, están contenidos en ese Nombre y no son sino una manifestación parcial de ese Nombre. Este Nombre sobre todo Nombre, es El Nombre de Dios Todo y también es el Nombre de Dios mas allá de todo, puesto que Dios mas allá de todo no tiene otro Nombre sino el que toma en Dios Todo, no tiene otra manifestación sino Dios Todo, no tiene otra esencia sino Dios Todo. Dios mas allá de todo se nombra a sí mismo en Dios Todo, se manifiesta a sí mismo en Dios Todo.

En definitiva, Dios Todo es todas las cosas y No es todas las cosas, quedando lo que no es cubierto y oculto desde su eternidad por lo que es: la esencia de todas las esencias y el principio de todo lo demás, donde todo lo demás toma su fundamento, El Nombre sobre todo Nombre donde todo lo demás toma su Nombre, YHVH, Dios Todo, 0. La imagen que se me ocurre que mejor ilustra a Dios Todo es la de una onda.

3- Dios Logos

Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer. Jn 1:18

Colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos y los nietos, todos los vasos menores, desde las tazas hasta toda clase de jarros. Isa 22:24

Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Isa 57:15

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Jn 1:1

De su plenitud tomamos todos; y gracia sobre gracia Jn 1:16

También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis. Jn 5:37-38

yo y el Padre somos uno. Jn 10:30

El que me ha visto a mi ha visto al Padre. Jn 14:9

Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. Jn 16:15

He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste: tuyos eran, y me los diste, y guardaron tu palabra. Jn 17:6

Ya no estoy más en el mundo pero ellos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, guárdalos en tu nombre que me has dado, para que sean uno así como nosotros lo somos Jn 17:11

Y sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Ap 19:12

Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Colosenses 1:15

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Colosenses 1:16

Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; Colosenses 1:17

y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia. Colosenses 1:18

Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Colosenses 2:9

Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Ap 22:3-4

Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Ap 22:13

Es YHVH, Dios Todo-0 cuando sale de su eternidad para crear su creación y también cuando se manifiesta fuera de su eternidad para manifestarse en su creación. Su símbolo es el 1 (notese el símbolo 1 con principio y fin). Dios Todo 0, sin dejar de ser Dios Todo 0, se autolimita haciéndose receptible y perceptible. En este estado, se manifiestan sus nombres: El principio, A-O, principio y fin, el que es el que era y el que ha de venir, Rey de Reyes y Señor de Señores, YHVH de los ejércitos, EL omnipotente y cualquier Nombre de Dios que hace referencia a algún atributo suyo. Estos Nombres están contenidos en el nombre sobre todo nombre de Dios 0. No obstante, Dios Logos,1, también tiene el Nombre sobre todo Nombre de Dios Todo 0 que contiene a todos los demás nombres, es decir, conoce y percibe plenamente la plenitud de Dios Todo 0 que también es su propia plenitud,  se conoce a si mismo plenamente en su propia eternidad, es decir, en si es eterno y vive en su eternidad siendo Dios 0, pero se manifiesta fuera de ella. Es decir, a pesar de ser Dios Logos, sigue siendo Dios todo,0, YHVH. No es un ser separado ni distinto de Dios, es Dios manifestándose. Y el logos era Dios. jn 1:1. Es en este estado en que Dios se sienta en el trono y se manifiesta en las teofanías del AT. En este estado la esencia eterna, imperceptible e inaccesible de Dios Todo-0 se manifiesta como nuestra luz, verdad y vida y esta manifestación accesible de la esencia eterna de Dios es la esencia de todas las demás esencias y el fundamento de todo lo que es, siendo la esencia de esta esencia la esencia inaccesible y eterna de Dios Todo 0.

Cuando el cordero, Dios-Hombre haya vencido a la muerte, se conocerá a sí mismo plenamente, se sentará en el trono, se unificará con el Logos y volverá a ser el mismo Logos; se conocerá a si mismo plenamente en su propia eternidad; conocerá su propio Nombre, el nombre sobre todo nombre que engloba todos los demás nombres, el Nombre de YHVH, el Nombre de Dios 0, que también es el Nombre de Dios mas allá de todo. Unificándose con el Logos se unificará con Dios 0, YHVH , pues, como hemos dicho, el Logos es YHVH, Dios 0, pues, además de manifestar otros nombres que están contenidos en el Nombre de Dios 0, continúa teniendo el nombre sobre todo Nombre de Dios 0, es decir, continúa siendo Dios 0. Este momento es al que se refiere San Pablo cuando dice:

Luego el fin; cuando entregará el reino a Dios y al Padre, cuando habrá quitado todo imperio, y toda potencia y potestad. Porque es menester que él reine, hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será deshecho, será la muerte. Porque todas las cosas sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice: Todas las cosas son sujetadas a él, claro está exceptuado aquel que sujetó a él todas las cosas. Mas luego que todas las cosas le fueren sujetas, entonces también el mismo Hijo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas en todos. 1 cor 15:24-28.

En el libro del Apocalipsis, esto corresponde a los capítulos 21 y 22. En Apocalipsis 20:14 tiene lugar la muerte de la muerte (1 cor 15:26). Entonces es cuando tiene lugar lo dicho por San Pablo en 1cor 15:28. Está es la unificación del cordero, Jesús con Dios. Aquí se cumplen las palabras de Cristo en Juan 16:28 : Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez, dejo el mundo y voy al Padre. y su plegaria en Juan 17:5 Ahora pues, Padre, glorificame tú contigo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. Este momento, ya la muerte derrotada por El Cordero, es cuando El cordero conoce su propia plenitud, su eternidad, su Nombre sobre todo Nombre, se sienta en su trono y vuelve a ser el único Dios.

Es por esto que en apocalipsis 22:3-4 está escrito: 3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,  y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. En griego también está escrito en singular «le servirán» «su rostro» «su nombre».

También se escribe acerca de este momento en que Jesucristo entrega el Reino al Padre en Apocalipsis 10:6-7: y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más,  sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas. Apocalipsis 10:6-7.  Entonces el tiempo no será mas y la creación entrará en el descanso del Sabbath, en el reposo de Dios. Hebreos 4.

Recapitulando: Hasta que Cristo vence a la muerte, vemos a Dios y al cordero como dos seres separados. Esto es así en Apocalipsis 5:6 y en Daniel 7:13. En donde se describe al cordero enfrente del trono y del que está sentado en el trono. Entonces es cuando el cordero toma el libro de manos del que está sentado en trono y desata sus sellos y una vez ha desatado el último de los sellos, en la séptima plaga, de la séptima trompeta, del séptimo sello, en la plenitud del 777, la muerte es vencida, en Apocalispsis 20:14. Entonces tiene lugar lo que describe San Pablo en 1 Cor15:28 , Jesús se sujeta a Dios y Dios es todo en todo. Entonces es cuando tienen lugar el cielo nuevo y la tierra nueva Ap 21:1 y la Nueva Jerusalén desciende de Dios Ap 21:2. Bien, pues después de que Cristo ha vencido a la muerte y ha entregado el reino al Padre, a partir del capítulo 21 de Apocalipsis, ya no se describe al cordero y a Dios como dos seres separados sino como un único ser. Entonces se describe que el Cordero se sienta en su trono, el trono de Dios. Entonces, acabada la obra redentora de Dios y Cristo, está escrito: Apocalipsis 21:5-6-7 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. y también en Apocalipsis 22:3-4 está escrito: 3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,  y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. En griego también está escrito en singular «le servirán» «su rostro» «su nombre».  El Cordero, El Hijo, Dios hecho hombre, se unifica con su propia divinidad, vuelve a ser el único Dios, Dios Logos 1, Dios todo 0 y Dios mas allá de todo (puesto que Dios mas allá de todo que está mas allá de ser-no ser, Es en Dios 0 que también es su Logos). Esta unificación corresponde a lo que describe San Pablo en 1 cor 15:28 Mas luego que todas las cosas le fueren sujetas, entonces también el mismo Hijo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas en todos. y a lo que se refiere Jesucristo cuando dice: Juan 16:28 : Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez, dejo el mundo y voy al Padre. y en su plegaria en Juan 17:5 Ahora pues, Padre, glorificame tú contigo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. Esto tiene lugar cuando El Hijo, El Cordero, Jesucristo Dios-Hombre, alcanza el conocimiento pleno de su propia plenitud, conoce su Nombre sobre todo Nombre, se conoce a sí mismo en su propia eternidad, 0. Entonces Jesucristo es Dios Logos 1 en su Santo trono, Dios 0, y la única esencia y manifestación de Dios mas allá de todo. El único Dios, el que es, YHVH. Entonces se cumplirán las palabras del salmo 47 y de otros versículos de la escritura: Porque Dios es el Rey de toda la tierra; Cantad con inteligencia. 8 Reinó Dios sobre las naciones; Se sentó Dios sobre su santo trono. Sal 47:7-8 y YHVH será rey en toda la tierra. 

Ver mas de Jesucristo entregando el Reino al Padre en el post El Padre, EL HIjo y El Espíritu Santo

3- : La iglesia

Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:3

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él colosenses. 1:16-17

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. Ap 2:17

Así como EL Logos de Dios manifiesta a Dios Todo y Dios Todo manifiesta a Dios mas allá de todo o Dios mas allá de todo se manifiesta en Dios todo y Dios Todo se manifiesta en el Logos de Dios, somos creados por medio del Logos de Dios y le manifestamos parcialmente, ya que nuestro ser, nuestro nombre, está contenido y toma su fundamento en El Nombre sobre todo nombre, El Nombre de Dios Todo y del Logos de Dios, que como hemos visto, también es el único Nombre de Dios mas allá de todo, pues El Logos de Dios, que manifiesta a Dios Todo, es la única manifestación de Dios mas allá de todo. Aquí cobra sentido la expresión de San Pablo Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. 1 cor12:27.

Del mismo modo que Dios mas allá de todo se manifiesta a si mismo en Dios Todo y Dios Todo se hace manifiesto en El Logos de Dios, El Logos de Dios se hace manifiesto en la Iglesia.

El Logos de Dios nos ha creado y nos ha dado un ser, una capacidad de percibirlo y de recibirle. Esta capacidad de percibirlo y recibirle es distinta en cada uno de nosotros y no hay nadie que pueda percibirlo y recibirlo por entero, pues esto equivaldría a conocer Su Nombre, el Nombre sobre todo Nombre que solo Él conoce y esto equivaldría a ser igual a Él, y Él es el único que puede conocer su propia plenitud. Y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Ap 19:12 Sin embargo, cada uno de nosotros percibe y recibe un aspecto distinto del Logos de Dios, un aspecto distinto de su Nombre. Ese aspecto del Logos de Dios que percibimos y recibimos es el Nombre que le damos al Logos de Dios, y al darle ese Nombre al Logos de Dios recibimos ese mismo nombre que le damos. Ese Nombre que le damos al Logos de Dios y que al dárselo recibimos del Logos de Dios es nuestro verdadero Nombre; ese Nombre es nuestro verdadero ser, nuestro verdadero yo, nosotros mismos. La santidad no es otra cosa sino el descubrimiento de este Nombre, de nosotros mismos, de Dios. Por esto cuando conocemos al Logos de Dios somos conocidos por Él, por eso conocer al Logos de Dios es conocerse a uno mismo. Aquí toman sentido las palabras de San Pablo: Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. 1 Cor 13:12.  Cada uno de nosotros percibe, recibe y manifiesta un aspecto distinto del Logos de Dios, ya que si hubiera dos personas que percibieran y recibieran el mismo aspecto del Logos de Dios nombrarían a Dios de la misma manera, recibirían el mismo nombre y en consecuencia serían lo mismo, idénticos.  Estos nombres, que son reflejos particulares de la gloria de Dios, que somos nosotros los miembros de su Iglesia, que están contenidos, toman su ser y tienen su raíz en el Nombre sobre todo Nombre que engloba todo lo que es, son los nombres que El Logos de Dios nos ha regalado a cada uno de nosotros y también son Sus Nombres, pues son particulares reflejos de Su Gloria. Estos son los nombres que Jesucristo vino a rescatar a la tierra, los que están escritos en el libro de la vida. Este nombre es al que se refiere Ap 2:17 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. Cuando dice: ninguno conoce sino aquel que lo recibe hace referencia a que cada uno de nosotros es distinto de los demás; es único; expresa una cualidad de Dios distinta. No hay dos personas con el mismo nombre.

Vuelvo a resaltar que no hay distinción entre Dios Todo y su Logos, puesto que ambos comparten el Nombre sobre todo Nombre. El Logos de Dios comparte la misma conciencia eterna de Dios todo. Es decir, para Dios Logos no hay diferencia real alguna entre Él y Dios Todo, solo para nosotros en cuanto a que Dios Logos es lo que podemos percibir y recibir de Dios todo, pero si alguien recibiera y percibiera a Dios Logos en toda su plenitud estaría recibiendo y percibiendo a Dios Todo, lo cual es imposible, pues sería lo mismo que tener su Nombre que solo puede conocer Él y sería lo mismo que convertirse en Él. Es por esto que vemos como el Ángel de YHVH habla como Dios a pesar de estar manifestándose «fuera» de Dios en la tierra y es por eso que se indica que El Nombre de Dios está en Él y por eso está escrito y el Logos era Dios Juan 1:1.

Resumen:

• Dios mas allá de todo está más allá de todo nombre.

• Dios mas allá de todo se manifiesta a Si mismo, toma nombre, toma esencia, en Dios 0, Dios Todo.

• Dios Todo, a fin de manifestarse fuera de su eternidad, se limita en Dios Logos.

• Nuestros nombres, son los nombres que le damos a Dios Logos. Son los nombres que engloba el nombre de Dios Logos, Dios Todo y Dios mas allá de todo, el nombre que engloba todos los demás nombres, manifestados. Estos nombres somos nosotros mismos. Hay nombres más grandes y otros más pequeños según Dios creó a cada uno pero todos son cualidades de Dios, percepciones de Dios, manifestaciones de Dios.

4-: La caída, el cosmos, la redención y la Jerusalén Celestial

Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lc 19:10

Y yo les he manifestado tu nombre, y lo manifestaré aún; para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos. Jn 17:26

veo a la duda dudando y a la muerte agonizando; porque un fuego vivo y santo ha venido de lo alto

Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Romanos 8:19

la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Romanos 8:21-23

donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Colosenses 3:11

Y todo se hizo semejante a una reliquia de Ti mismo, monumento eterno de tus fieles trabajos odas de Salomón 11:18

En su templo todo proclama su gloria. Sal 29:9

Todo es uno

Tras el pecado original, estamos separados de Dios y así como si separas un rayo de sol del Sol, fuente de todos los rayos, este rayo desconectado de su fuente está automáticamente separado de los demás rayos que proceden del sol, nosotros estamos separados de Dios y de todos y de todo lo demás.

Dios se hizo hombre en Jesucristo y murió en la cruz para volvernos a unir a Sí. No es casualidad que la cruz sea como es +. el palo vertical símbolo de lo celestial, de Dios y el horizontal símbolo de lo terrenal, del hombre. Ambos encontrándose en la humanidad de Dios en Jesucristo. El cielo y la tierra, Dios y la humanidad reconciliándose en la muerte de Cristo en la cruz en la unidad del punto donde se cruzan ambos palos +. Cuando la obra redentora de Jesucristo nos haya devuelto la unión con Él estaremos de nuevo unidos a nuestra fuente y al estar todos unidos a la fuente, estaremos unidos los unos a los otros y la plegaria de Jesucristo en Juan 17 se habrá cumplido. Todos seremos uno. Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Jn 17:21-23

Como consecuencia de la caída, de nuestro estado de separación de Dios, tenemos un nombre falso del que proceden nuestros nombres falsos. Esta es la imagen de la serpiente en nosotros, la imagen de la bestia, nuestro falso nombre del que proceden nuestros falsos nombres, la imagen de la escisión, la S que todos traemos como consecuencia de la caída y de la que solo Cristo puede liberarnos cuando nace en nuestros corazones y aplasta la cabeza de la serpiente en nosotros concediéndonos recuperar la imagen de Dios, nuestro nombre verdadero que procede de Dios. Entonces la S pasa a ser 8, nuestro falso nombre deja de ser, recuperamos nuestro verdadero nombre que procede de Dios, del que proceden nuestros nombres verdaderos que son lo que realmente somos y que tienen su raíz en Dios, la imagen de la serpiente, de la escisión, deja de ser y recuperamos la imagen y semejanza de Dios. La S (notese la forma del símbolo S) de la serpiente, de la escisión, de la separación de Dios, pasa a ser el 8 (S + S invertida, reflejo, masculino + femenino, tumbado el símbolo de infinito), de la plenitud, de la unidad, de la unión con Dios, de la resurrección, de la eternidad. Entonces nos conocemos a nosotros mismos, nuestros verdaderos nombres, nuestro verdadero yo que Dios creó, nos unimos con nuestra imagen ideal que Dios creó.

Esos nombres falsos y ese estado de separación de Dios son la causa del cosmos en el que vivimos. Así, como en el Reino de Dios el “cosmos espiritual” es una manifestación de nuestros cuerpos espirituales, que son una manifestación de nuestros nombres (que son una manifestación de nuestra percepción de Dios, de la manifestación de Dios en cada uno de nosotros, de nosotros mismos); Aquí, el cosmos es una manifestación de nuestros cuerpos carnales, que son una manifestación del error, de nuestros nombres falsos y de nuestro estado de separación de Dios.

Cuando, por el fuego de Dios, que es el mismo al que Cristo se refirió cuando dijo “Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido? ” LC 12:49, seamos limpiados de todos nuestros falsos nombres, cuando conozcamos nuestro verdadero nombre, cuando el anticristo que se sienta en el trono de Dios haciéndose pasar por Dios 2 Tes 2:4 haya sido destronado, la muerte haya sido muerta en nuestros corazones y Jesucristo sea Rey en su trono en nuestros corazones y sea Rey en toda la tierra de nuestro ser, cuando hayamos vencido a la imagen de la Bestia Ap15:2, entonces se cumplirá lo que dijo San Pablo: Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. 1 corintios 13:12. Entonces, el mar de vidrio mezclado con fuego de Apocalipsis 15:2, pasará a ser el mar solo de vidrio y estaremos sobre él con las arpas de Dios, pues habremos triunfado sobre la imagen de la bestia, de la serpiente y habremos recuperado la imagen de Dios. Entonces conoceremos a Dios en la plenitud que el Él nos ha concedido a cada uno y le daremos el Nombre que Él nos ha concedido a cada uno; recibiremos ese mismo Nombre, habremos llegado a la medida de Cristo y habremos dado a luz a Cristo Juan 16:21, Ga 4:19, Ap 12:5, Ef 4:13. Se habrá cumplido lo que dice San Pablo: hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; Efesios 4:13.y su obra redentora habrá llegado a su plenitud en nosotros.Entonces tendremos la Paz de Salomón.

Entonces se cumplirá lo que dice San Pablo: la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora Romanos 8:21-22. Pues esos dolores de parto visibles en la creación, en lo exterior, no son sino el reflejo del estado caído de nuestro propio corazón hasta que hayamos dado a luz a Cristo Juan 16:21, Ga 4:19, Ap 12:5, Ef 4:13. Entonces la creación pasará de ser imagen de nuestro estado caído, imagen de la serpiente, de nuestros falsos nombres, de la escisión, de la S a imagen de nuestra plenitud, de la unión con Dios, de nuestros nombres verdaderos, imagen de Dios, 8 y Dios será todo en todo 1corintios 15:28. La redención del cosmos no es sino el reflejo exterior de la redención interior de los Cristianos. La muerte de la Bestia y la muerte de la muerte en el exterior no es sino la manifestación exterior de la muerte de la Bestia y de la muerte de la muerte en el corazón de los Cristianos. La nueva Jerusalén exterior no es sino manifestación y reflejo exterior de los Nombres de los Cristianos que son manifestaciones del Nombre sobre todo Nombre, que es la manifestación de Dios  “Mas allá de todo”.

Entonces, Así como la tristeza se transmutará alegría, lo material de este mundo se transmutará en la Nueva Jerusalén; y los reyes de la tierra llevarán a ella su gloria y su honor Ap 21:24.

Entonces, la pureza de lo “material espiritual” de la Nueva Jerusalén será la manifestación de la pureza de Dios porque será la manifestación de nuestros cuerpos espirituales, nuestros cuerpos serán la manifestación de nuestros nombres (de nosotros mismos), nuestros nombres (nosotros mismos) serán la manifestación del nombre de Dios Todo y de su Logos, (el nombre que engloba a todos los nombres, Dios Todo y su Logos) y el nombre de Dios Todo y de su Logos (el nombre que engloba a todos los nombres) será la manifestación de Dios “más allá de todo nombre”; entonces se cumplirá la palabra que está escrita: sorbida es la muerte en victoria 1 corintios 15:54 y Dios será todo en todo 1corintios 15:28.

Entonces viviremos en la ciudad que descendió de Dios Ap 21:2 Y Ap 3:12 igual que nuestros nombres descendieron de él y; como Adán en el paraíso, le pondremos a las cosas sus verdaderos nombres, que tendrán su raíz en Dios y Dios será todo en todo 1corintios 15:28.

Nota: En la versión larga de «De los Nombres de Dios» escribo tres «estados» de Dios: Dios mas allá de todo, Dios todo 0 y Dios Logos 1. Sin embargo en la versión corta solo distingo dos: Dios y El Logos de Dios. 

También escribo en la versión corta que Dios no tiene otro nombre sino el Logos de Dios y en la versión larga que Dios se Nombra a Si mismo en Dios Todo 0 y que Dios Logos comparte ese Nombre.

Ambas perspectivas son compatibles: Desde nuestro punto de vista Dios no tiene otro Nombre sino su Logos. Puesto que la esencia eterna de Dios Todo 0 está mas allá de toda posible percepción, es incognoscible. Sin embargo, Dios Todo 0 si se percibe a Sí mismo en su plenitud, es decir, conoce su Nombre y, para El mismo, tiene un Nombre. El Logos comparte ese Nombre porque, aun siendo perceptible y cognoscible, se conoce a si mismo en su plenitud, se conoce a Si mismo como Dios 0 Todo, es decir, a un siendo el Logos de Dios, limitado y cognoscible, no deja de ser Dios Todo 0 , ilimitado e incognoscible salvo por Si mismo. De esta manera, vemos que Dios solo tiene un Nombre que abarca toda su eternidad y que nosotros solo podemos conocer parcialmente en su Logos. «y tiene un Nombre escrito que nadie conoce sino El mismo» AP 19:12. 

Cuando hablo de Dios Todo 0 hago referencia Dios manifestándose, conociéndose a si mismo y cuando hablo de Dios Logos hago referencia a Dios manifestándose, dándose a conocer al exterior. 

Podríamos resumir todo esto en la idea de que el Dios Incognoscible se autolimita haciéndose cognoscible en su Logos.