Los afanes de este mundo



Para que la buena semilla se desarrolle y de fruto, es necesario exponer la pequeña e incipiente planta al Sol de la presencia de Dios en la oración.

Una de las tentaciones a las que estamos expuestos es la de las noticias de actualidad. Una vez que el alma ha perdido la comunión con Dios, un cierto vacío y la monotonía de la vida se apoderan de ella. De esta monotonía y aburrimiento, de este sentimiento de carencia, nacen deseos diversos de estímulos y placeres de este mundo. Uno de estos estímulos pueden ser las noticias de actualidad. Estas noticias son estímulos fuertes que sacan al alma de ese aburrimiento y monotonía y pueden llegar a convertirse en una forma de adicción.

Esto supone un problema porque estos estímulos poderosos sacan al alma del recuerdo de Dios y de la conciencia de su presencia y vuelcan los pensamientos del alma en aquellas materias de actualidad en lugar de en Dios. De esta manera, aunque el alma no abandone los tiempos estipulados exclusivos de oración, el recuerdo de Dios y la conciencia de su presencia no podrán extender su efecto más allá de ellos, dando lugar a una vida cristiana imperfecta que, aunque no caiga en pecados graves, si lo hará en pequeñas imperfecciones y faltas que dañarán la viña (Cantares 2:15), ya que muchos de los pecados veniales y pequeñas negligencias nacen del olvido de Dios y de su presencia. Cuando, por el amor del Espíritu, nuestro recuerdo y atención están centrados en Dios, nuestras actitudes, pensamientos, obras y palabras nacen desde ese estado de comunión, gozo y recogimiento y llevan la impronta de la pureza de ese estado. Pero cuando nuestros pensamientos están dispersos en los asuntos de este mundo y su inquietud y olvidados de Dios, será inevitable caer en actitudes, pensamientos y palabras que jamás llevaríamos a termino bajo la luz del Santo Rostro de Dios.

Para que el amor a Dios crezca y se desarrolle es preciso un recuerdo continuo de Dios y una conciencia continua de su presencia. Esto es un Don de la gracia imposible de ser generado por nosotros mismos pero si continuamente sofocamos la débil llama de la oración que empezaba a encenderse en nuestro corazón con la tierra de los afanes de este siglo de las noticias mundanas impediremos que el fuego del Don de Dios pueda crecer y fructificar en nosotros, pues, con las preocupaciones de este siglo encendidas por las noticias de actualidad, nuestros pensamientos girarán en torno a esas cuestiones a lo largo del día en lugar de ocuparlos en el recuerdo de Dios avivando la conciencia de su presencia y logrando la necesaria conexión con Dios a lo largo de todo el día que permitirá que el fuego del amor de Dios y la comunión con Él crezca en nosotros.

Si bien puede ser aceptable afirmar que el Cristiano no tiene porqué vivir ajeno a los problemas de este mundo como si no fuese con Él y debe estar informado para poder dar una respuesta Cristiana a los problemas de la actualidad (aunque debemos recordar que El Señor dice que lo único necesario es escuchar su Palabra), es preciso limitar el tiempo que nos exponemos a los distintos medios de información. Preferiblemente dedicar un rato al final del día y evitarlos por la mañana para no quedar desde el principio del día atrapados por el torbellino se su influjo y permitir así que la oración y la palabra puedan engendrar y avivar el fuego interior que nos permita vivir a lo largo del día en el recuerdo de Dios y la atención a Él, con la conciencia de su presencia bien avivada.


Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Marcos 4:18-19.

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